“El círculo” intenta representar esta incógnita. Una empresa de redes sociales llamada “The circle” liderada por Eamon Bailey (Tom Hanks), un sujeto con aires de mesías a la Steve Jobs, nos presenta esta horrible idea tomando como conejillo de indias a Mae Holland (Emma Watson), una joven brillante que recientemente ingresó a la empresa.
Basada en la novela del mismo nombre escrita por Dave Eggers y ahora dirigida por el cineasta James Ponsoldt, conocido por su trabajo en cintas de corte adolescente, y que ahora intenta pasar a un público más maduro con este último esfuerzo, podemos decir que Ponsoldt falla miserablemente y crea un producto opaco en su dirección tanto de cámara como actoral. Plano tras plano se puede ver un director confundido y poco estructurado en su técnica dando como resultado que “El círculo” sufre del peor mal que una película de este corte pueda sufrir: ser aburrida.
La historia de Mae se basa totalmente en crear tensión, en mostrarnos los sucesos como un inevitable futuro y, sin embargo, a pesar del camino de nuestra protagonista, su línea narrativa no promueve ningún cambio en el plano final. Creándose la muy temida expresión: sin pies ni cabeza, el realizador falla en su visión al no comprender verdaderamente de qué trata la historia que busca contar y, por supuesto, el no saber aprovechar los elementos que tiene a su disposición, convirtiendo a cada uno de sus personajes en recursos narrativos más que verdaderos seres humanos.
El elenco cuenta con excelentes actores empezando por Tom Hanks que solo aparece en cinco escenas esparcidas por la cinta (un verdadero engaño publicitario). El actor hace un trabajo excelente, por su parte Emma Watson se queda corta, su actuación es monótona y poco clara. John Boyega aparece como el verdadero creador del software maligno que tomará al mundo como rehén, hace una aparición breve al punto de no ser un personaje, sino un elemento de exposición más.
El círculo prometía bastante desde su primer trailer, pero parece que solo quedó en un trabajo estético mas que en contenido. James Ponsoldt arruinó algo que en las manos de alguien más experimentado podría ser un respetable triller de suspenso. Evita verla en salas de cine. Espera unos meses a tu compañía de cable o servicio de streaming la incluya en su catálogo.
