El mercado accionario es una de las inversiones menos preferida por los mexicanos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2015, sólo 1.2% de la población contaba con acciones en aquel momento, es decir, poco más de 400,000 personas.
Si bien el potencial de rendimiento de las acciones suele ser prometedor, hay que hacer énfasis en que se trata de una opción de inversión con un riesgo asociado que no está hecho para todos.
De ahí que haya que preguntarse cómo saber si su situación financiera actual le permitiría invertir en el mercado bursátil.
En este sentido, Carlos Ponce Bustos, director general adjunto de Análisis y Estrategia Bursátil de BX+, considera que hay una semejanza entre definir el perfil financiero de una persona y realizar un diagnóstico médico.
“Cuando llega un paciente a un consultorio, el médico no le puede recetar a todos los pacientes la misma medicina, cada uno es diferente”, explicó, y agregó que en el caso de cualquier tipo de inversión hay tres principios que se consideran para el diagnóstico de un inversionista.
El primero de ellos tiene que ver con el horizonte de inversión, es decir, cuánto tiempo está dispuesto el inversionista a mantener invertido su dinero. Esto es muy importante, ya que si este plazo es largo (de varios años), pueden asumirse inversiones riesgosas, mientras que si es un corto periodo, lo más recomendable son inversiones conservadoras.
Invertir acciones a periodos largos se considera ideal debido a que el precio de una acción puede bajar abruptamente, y requiere de tiempo para recuperar valor; por ello, si está invertido a un corto plazo, podría no tener el tiempo para que su precio vaya al alza.
El segundo principio tiene que ver con los objetivos de inversión, que para el caso de las acciones es buscar rendimientos altos.
“Se podría decir que eso es lo que buscan todos los inversionistas, pero no; algunos dicen: ‘A mí con que (la inversión) me pague por arriba de la inflación me siento muy cómodo’, o: ‘Cierta cantidad para mantener cierto tipo de gastos es suficiente’, ese objetivo de rendimiento es el que también invita o no al mercado”, añadió Ponce Bustos.
Es decir: entre más agresivo sea su objetivo como inversionista, más conveniente resulta invertir en el mercado accionario.
Finalmente, el tercer principio tiene que ver con qué tan cómodo está asumiendo niveles altos de riesgo con su dinero.
“Si usted busca grandes rendimientos pero no está dispuesto a asumir riesgos, ahí es donde ya no funciona”, dijo el directivo de BX+.
Otras características deseables para alguien que está pensando en invertir en acciones es que cuente con cierta experiencia en este tipo de mercado o algo de información, y en algunos casos la edad, debido al horizonte de inversión.
¿Por dónde empezar?
Si ya evaluó su perfil y considera que está listo para invertir en acciones, los especialistas recomiendan empezar moderadamente.
Una de las primeras preguntas tiene que ver con dónde comprar acciones, y hay principalmente tres maneras de acceder a estos activos.
La primera es mediante las casas de Bolsa, comprando las acciones directamente a través de la Bolsa Mexicana de Valores, o mediante su banco, si es cliente de banca privada o patrimonial.
Dependiendo de la opción que elija, será el monto que le pidan. En casas de Bolsa, por ejemplo, hay opciones como Kuspit que solicitan desde 100 pesos, o Punto Casa de Bolsa, donde se puede entrar a comprar acciones con 1,000 pesos. Estos montos pueden ascender hasta 20,000, 50,000 y 100,000 pesos, dependiendo de la entidad financiera.
Actualmente hay 36 casas de Bolsa supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, cada una con sus propias políticas de inversión, según las cuales pueden requerirle montos variados de inversión inicial.
A decir de Ponce Bustos, no hay una regla definida sobre con qué montos debería iniciarse alguien en el mundo bursátil; no obstante, refirió que entre mayor sea la inversión, más puede ser el beneficio real de los rendimientos, debido al efecto del interés compuesto, es decir, generar intereses sobre intereses.
Una vez definida la manera mediante la cual comprará acciones y el monto que colocará, es muy importante dosificar el riesgo, y para ello se sugieren cuatro puntos básicos.
El primero está relacionado con cuánto de su patrimonio destinar al mercado bursátil.
“Si alguien decide poner 5% de su portafolio en Bolsa, tiene menos riesgo que quien decide invertir 15, 30 o 50%”, explicó el directivo de BX+.
Una vez decidida la proporción de su patrimonio que será invertido en acciones, hay que decidir qué activos comprar.
Esta no es tarea fácil, pero tampoco tiene que entrar de lleno con acciones de alto riesgo. “Lo natural es que mucha gente comience comprando instrumentos que llaman títulos referenciados a acciones (TRACS), que son acciones indizadas, es decir, acciones que replican el número y proporción de acciones que tienen los índices”.
Hay TRACS que replican el comportamiento del NASDAQ, por ejemplo, y también hay otros que imitan el comportamiento del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores.
Ponce Bustos consideró que estas estrategias, llamadas pasivas, ayudan a disminuir el riesgo debido a que invierten en el mismo indicador.
Los últimos puntos para dosificar el riesgo tienen que ver con la distribución y diversificación del riesgo (es decir, en cuántas compañías o activos invertir y en qué proporción), y saber cuándo vale la pena comprar o vender sus acciones.
Esto puede conllevar más conocimiento de por medio, por lo que el directivo de BX+ exhortó a los futuros inversionistas a seguir de cerca el mercado para entenderlo, y así no arriesgar su dinero.
