La deuda en México no es un fenómeno marginal ni extraordinario. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera 2024 del INEGI, el 36.2% de los adultos mexicanos tienen algún tipo de deuda. Aún más preocupante es que el 16.1% de ellos reporta cargas financieras calificadas como “altas” o “excesivas”, aunque sin que se precise el monto promedio de estas obligaciones.
Esto implica que millones de personas enfrentan diariamente llamadas, mensajes y visitas de cobradores —situaciones que muchas veces se convierten en actos de intimidación o amenazas de acciones legales, incluso sin fundamento. ¿Hasta qué punto estas prácticas son legales? ¿Qué puede hacer realmente un despacho de cobranza? ¿Y qué derechos tienes como deudor?
ENTIDADES COMERCIALES Y DESPACHOS DE COBRANZA: DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
Profeco, a través de la edición de junio de la Revista del Consumidor, lanza una advertencia clara: no te dejes amedrentar. Para ello, es necesario entender qué papel juega cada parte en este proceso.
Entidades comerciales: Son las instituciones (bancos, tiendas departamentales, financieras) que otorgan créditos directamente al consumidor. Las tarjetas de crédito, créditos personales y departamentales caen en esta categoría.
Despachos de cobranza: Son intermediarios contratados por las entidades comerciales para recuperar el dinero adeudado. Aunque su función principal es requerir extrajudicialmente el pago, algunos también ofrecen reestructuración de la deuda o renegociaciones, pero siempre dentro de límites legales.
LO QUE SÍ PUEDEN HACER LOS DESPACHOS DE COBRANZA
Profeco ha establecido lineamientos específicos que regulan las prácticas de cobranza. Estas son las acciones permitidas:
Contactarte por teléfono o correo entre las 7:00 y las 22:00 horas, de lunes a viernes.
Informarte sobre el monto total a pagar, incluyendo intereses, comisiones y fechas límite.
Comunicarse contigo directamente, o con tu aval o deudor solidario, en caso de que no puedan localizarte.
LO QUE NO PUEDEN HACER: PRÁCTICAS ABUSIVAS E ILEGALES
A pesar de los límites establecidos, muchas prácticas abusivas siguen ocurriendo. Según Profeco, los despachos de cobranza tienen prohibido:
Llamar a terceros que no estén relacionados con la deuda (familiares, vecinos, empleadores).
Usar redes sociales para publicar información sobre tu deuda.
Contactarte mediante medios no proporcionados (teléfonos o correos distintos).
Comunicarse fuera del horario permitido (antes de las 7:00 o después de las 22:00 horas).
Dejar carteles o avisos visibles en tu casa o trabajo.
Utilizar lenguaje ofensivo o intimidatorio.
Hacerse pasar por autoridades judiciales o usar documentos falsos.
Exponerte públicamente en medios de comunicación o redes.
Solicitar el pago fuera de los canales autorizados.
Si un despacho incurre en estas prácticas, la responsabilidad legal recae sobre la entidad comercial que contrató sus servicios, lo que podría derivar en sanciones económicas, advierte Profeco.
¿QUÉ HACER SI ERES VÍCTIMA DE COBRANZA ILEGAL?
La Procuraduría Federal del Consumidor dispone de canales de atención para denunciar abusos:
Línea del consumidor: 5555688722 / 8004688722
Correos electrónicos:
Redes sociales:
X (Twitter): @AtencionProfeco y @Profeco
Facebook: ProfecoOficial
El horario de atención es de lunes a viernes de 9:00 a 19:00, y fines de semana y días festivos de 10:00 a 18:00 horas.
UN LLAMADO A LA REGULACIÓN Y EDUCACIÓN FINANCIERA
Más allá de los derechos que Profeco garantiza, la situación deja entrever una realidad más profunda: la falta de educación financiera y el fácil acceso al crédito sin un acompañamiento adecuado. Muchas personas acceden a productos financieros sin comprender plenamente sus compromisos, y las consecuencias de la morosidad se traducen en estrés, deterioro emocional y, en algunos casos, abuso.
La deuda es una herramienta financiera legítima, pero solo si se maneja con información y responsabilidad. Las instituciones tienen el deber de promover la educación financiera y aplicar medidas de cobranza dentro de la legalidad y el respeto a los derechos humanos.
Finalmente, tener una deuda no te convierte en delincuente. El acoso, la humillación pública y las amenazas judiciales sin sustento no son parte del proceso legal de cobranza. Profeco insiste: infórmate, denuncia y defiende tus derechos. Porque estar endeudado no debe ser sinónimo de estar desprotegido.