Después de experimentar un “gran oscurecimiento” entre diciembre de 2019 y febrero de 2020, se ha especulado que este evento podría ser un indicio de su futura explosión definitiva.
Aunque en 2021 se había concluido que Betelgeuse no estaba cerca de extinguirse, un estudio científico realizado en 2023 ha revelado nueva evidencia de que la estrella se encuentra en una fase tardía de “combustión de carbón nuclear”. Esto significa que la estrella está ardiendo en su núcleo y podría convertirse en una supernova en el futuro.
Durante más de un siglo, los científicos han observado las fluctuaciones lumínicas de Betelgeuse. Basándose en estos datos, han identificado patrones de “variaciones lumínicas semiperiódicas” que podrían explicar ciertos fenómenos. Durante el “gran oscurecimiento”, la estrella experimentó una caída significativa en su temperatura, lo que posiblemente estuvo acompañado de una expulsión masiva de material de la propia estrella.
Al analizar estas variaciones y aplicar modelos predictivos para calcular la evolución futura de la combustión de carbón en el núcleo de Betelgeuse, astrónomos de la Universidad de Tohoku en Japón y de la Universidad de Ginebra en Suiza han llegado a conclusiones sólidas.
Los astrónomos afirman que Betelgeuse se encuentra en una etapa cercana al agotamiento del carbón en su núcleo, lo que podría ser una fase previa a convertirse en una supernova. Según sus cálculos, el colapso del núcleo podría ocurrir aproximadamente diez años después de que se agote el carbón en la estrella. Esto convierte a Betelgeuse en una candidata potencial para convertirse en la próxima supernova cercana a la Tierra.
Aunque la explosión de Betelgeuse podría suceder en un futuro lejano desde la perspectiva humana, en términos cósmicos podría ocurrir en un lapso de entre 10,000 y 100,000 años, según estimaciones científicas.
