La cantidad de metano que se escapa actualmente a la atmósfera desde el Océano Ártico es mucho menor que la afirmada anteriormente en estudios recientes.
Es la conclusión de un nuevo estudio, dirigido por investigadores de la Universidad de Estocolmo y publicado en Science Advances.
El metano es bien conocido como uno de los principales contribuyentes al calentamiento global. Comprender las fuentes naturales de este gas, especialmente en el Ártico de rápido calentamiento, es fundamental para comprender el clima futuro.
En comparación con la cantidad de metano producido por las actividades humanas, durante mucho tiempo se pensó que la cantidad del océano era insignificante. Sin embargo, durante la última década, ha habido informes que afirman que se emiten grandes cantidades de metano desde el Océano Ártico a la atmósfera.
Este nuevo estudio muestra que los “puntos críticos” de emisión de metano del mar pueden ser hasta 25 veces más altos que las emisiones de los humedales en tierra. Estas emisiones son impulsadas por burbujas que provienen del fondo marino y llegan a la superficie del mar. Este estudio observó directamente emisiones pico muy altas y, por primera vez, pudo mapear su extensión espacial.
“Las emisiones máximas son realmente grandes, pero al mismo tiempo también son extremadamente limitadas en el área”, dice Brett Thornton.
En los mares de Laptev, Siberia oriental y Chukchi, los autores no vieron evidencia de emisiones generalizadas a la magnitud de los “puntos críticos”. De hecho, sus estimaciones para la emisión total de metano del Océano Ártico oriental no aumentaron sustancialmente incluso cuando incluyeron estos “puntos críticos” en los cálculos del presupuesto.