¿La música clásica puede ayudar a combatir la depresión? Checa lo que dice la ciencia
Según la Organización Panamericana de la Salud, la depresión es una enfermedad grave que impacta profundamente la vida cotidiana
El mundo, sigue siendo objeto de intensos estudios científicos que buscan alternativas efectivas para su tratamiento. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la depresión es una enfermedad grave que impacta profundamente la vida cotidiana, interfiriendo en la capacidad de trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida. Esta afección, señala la OPS, es el resultado de una combinación compleja de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Desde la Clínica Universidad de Navarra en España, se describe la depresión como un trastorno mental que se caracteriza principalmente por un estado de ánimo bajo y sentimientos persistentes de tristeza. Estos síntomas suelen ir acompañados de cambios en el comportamiento, en los niveles de actividad y en los patrones de pensamiento, haciendo que la intervención sea esencial, sin importar la gravedad, frecuencia o duración de los síntomas.
En este contexto, la ciencia ha explorado múltiples caminos para mitigar los síntomas de la depresión, y uno de los más interesantes es el impacto de la música en la salud mental. La Academia de Arte de Florencia, Italia, subraya los múltiples beneficios de escuchar música, desde el aumento de la creatividad y la mejora de las capacidades cognitivas, hasta el alivio del estrés y la reducción de la presión arterial.
Recientemente, un estudio innovador realizado en el Centro de Neurocirugía Funcional de la Universidad Jiao Tong en Shanghai ha arrojado luz sobre el potencial de la música clásica para combatir la depresión. En esta investigación, pacientes con depresión fueron expuestos a la “Sinfonía Nº 7” de Beethoven, lo que reveló un hallazgo fascinante: la música clásica estimula de manera profunda el cerebro, especialmente en las áreas encargadas de procesar la información emocional.
El investigador principal, Bomin Sun, destacó la importancia de este descubrimiento, sugiriendo que la estimulación cerebral provocada por la música clásica podría abrir nuevas vías para tratar la depresión.
Sun adelantó que futuras investigaciones se centrarán en explorar la relación entre la música y las estructuras cerebrales más profundas, con el objetivo de desarrollar productos de salud digital basados en la musicoterapia, como aplicaciones móviles y dispositivos portátiles.