“Me parece un desacierto grande que sea el jefe del Estado mexicano el que hable a nombre de los pueblos indígenas y pida esta disculpa”, expresa la lingüista Yásnaya Elena Aguilar Gil. La originaria de San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe, que en febrero pasado denunciara ante el Congreso federal los atropellos del Estado a los derechos lingüísticos y humanos de las comunidades originarias, habla sobre las declaraciones del ejecutivo nacional y la solicitud de disculpas a España por los excesos cometidos en la Conquista.
Si bien, considera necesario el ejercicio de una memoria histórica y que España y Europa reconozcan lo sucedido para evitar la repetición de las atrocidades, la también activista ve otra responsabilidad en quien ostenta la figura de jefe de Estado. Y esa, explica, es pedir disculpas, como lo ha externado que hará, y detener las violaciones a los pueblos indígenas.
Exigir que otro se disculpe, añade, no le toca, pues es como “si tu novio golpeador de ahora le pide a tu exnovio que se disculpe contigo, cuando lo que puede hacer es dejar de golpearte ahorita”.
“El jefe del Estado mexicano, no Andrés Manuel (López Obrador), sino la figura de jefe del Estado Mexicano, es el menos indicado para exigir una disculpa, no le toca. Lo que sí puede hacer es pedir disculpas y ahorita, que puede hacer más que la Corona española, puede replantear la relación y cancelar el extractivismo terrible que están sufriendo los pueblos indígenas con mineras, con termoeléctricas, sin consultar a los pueblos indígenas, violando los derechos lingüísticos y humanos de los pueblos indígenas”.
A la par de ello, la lingüista explica que la solicitud, que se relaciona con otras hechas en distintos momentos de la historia y en otros contextos, no debería verse como un asunto de nacionalidades (como si de hablara de mexicanos contra españoles). “No es México el que pide disculpas a España porque México no existía. Tampoco es que la Conquista debió haber pasado para que México se formara, México no estaba destinado a ser ni era obligatorio que apareciera como Estado”.
Poner el tema sobre la mesa debería conducir a reflexionar sobre el establecimiento de un orden colonial europeo que cambió el mundo para siempre, trayendo incluso consecuencias como el secuestro de miles de personas de África para ser esclavizadas, propone Aguilar.
“Se tiene que hacer este reconocimiento de lo que significó para África la conquista”, detalla quien además observa cómo el racismo que existe ahora nace del establecimiento de ese orden colonial europeo y se mantiene con el surgimiento del Estado mexicano.
“El Estado mexicano es una continuación de la Colonia, aunque nos hagan creer que fue diferente, fue creado por descendientes de españoles, criollos, no los pueblos indígenas. A los pueblos indígenas no nos preguntaron si queremos formar parte de esto que es México”.
La lingüista plantea, además, abrir el tema para una discusión seria y compleja, pues hasta ahora no la ha observado. “El que haya pasado es muy bueno porque pueden abrirse pequeñas ventanas de discusión compleja, en general, no”.