Una calle en la ciudad de Tlaxiaco lleva el nombre de “2 de abril” en honor al “Héroe del dos de abril” (1867) y la batalla de Puebla de 1862, donde las armas nacionales se cubrieron de gloria definitivamente frente al segundo imperio de Maximiliano I y consolidando la república de la que ahora gozamos, da a conocer el escritor tlaxiaqueño, Eufemio Ibáñez Reyes, autor del libro Tlaxiaco en los tiempos de Don Porfirio.
El literato mixteco asegura que México conmemora la batalla del 5 de mayo de 1862 con todos los honores; sin embargo, no ocurre así con la batalla del 2 de abril de 1867, pues, si bien es cierto que México obtuvo una batalla importante en contra de los franceses aquel 5 de mayo de 1862, también resulta cierto que al siguiente año la ciudad de Puebla cayó en manos de los imperialistas europeos estando en poder del Emperador Maximiliano los cuatro años siguientes hasta 1867, año cuando es recuperada esta ciudad al igual que la capital del país por el General Porfirio Díaz.
La toma de Puebla o la batalla del 2 de abril de 1867 es la consecuencia de una serie de triunfos militares por parte del General Porfirio Díaz, comandante del Ejército de Oriente, la cual iniciaría el 15 de septiembre de 1866 en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, para que de ahí se extendiera el 23 de septiembre a Nochixtlán y a toda la mixteca oaxaqueña, lo que lo llevaría a la batalla de Miahuatlán el 3 de octubre y a la batalla de la Carbonera el día 18 –ambas del mes de octubre del año de referencia– lo que le daba paso libre al ejército republicano al bando de Porfirio Díaz a la ciudad de Oaxaca.
Para marzo de 1867 Porfirio Díaz tenía sitiada la ciudad de Puebla, bloqueando sus principales vías de comunicación, pero inquieto el General Díaz por los informes recibidos de refuerzos militares para los imperialistas, decide tomar la ciudad de Puebla la madrugada del 2 de abril de 1867, atacando principalmente el Convento del Carmen, lugar en donde se encontraban las fuerzas imperiales, a las dos de la mañana comenzó el ataque y a las tres y media de la madrugada fue cuando entran las columnas del General Porfirio Díaz, al amanecer de aquél día la ciudad estaba en poder de los republicanos al mando de Díaz, por eso dice el literato mixteco que por mucho tiempo a Porfirio Díaz se le llamo “El héroe del 2 de abril”.
Ibáñez Reyes opina que de aquel glorioso dos de abril de 1867, las armas nacionales se cubrieron de gloria de manera definitiva, ya que, con esa victoria de los republicanos sobre los ejércitos del Emperador Maximiliano I, el camino a la Ciudad de México estaba libre y el General Díaz entró a la capital del país un 21 de junio de 1867 sin disparar un solo tiro y con un ejército nunca antes visto en México.
De acuerdo con el escritor tlaxiaqueño, la historia oficial no le da la importancia debida a la batalla de dos de abril. Y agrega que esta fecha debería ser día de fiesta nacional, pero no es así, tal parece que la historia oficial quiere borrar a toda costa de la memoria de todos los mexicanos el nombre de Porfirio Díaz, así como sus logros militares; sin embargo, la sombra del General Porfirio Díaz es tan fuerte que hoy y siempre seguirá siendo “El Soldado de la Patria” y es “El héroe del dos de abril”.