Las paredes blancas se llenaron de agua y aceite con 26 piezas diversas y variadas de Roque Reyes en la galería Dimitrova, espacio que alberga obras de artistas oaxaqueños.
Desde muy joven el artista gusta mucho de experimentar con distintos estilos porque le fascina admirar el arte que se ha hecho tiempo atrás hasta el arte contemporáneo de nuestra época, le resultan muy interesantes las diferentes formas de expresión que hay para usar una inmensa gama de materiales.
Crea realismos con dibujos bien definidos y con trazos, el estudio del color es el resultado de algo fundamental a la hora de hacer un retrato o a la hora de hacer un paisaje con cierta luz en una hora específica del día.
Es de vital importancia entender aspectos que se necesitan para lograr un realismo, como una ciencia que se debe estudiar para crear obras más expresivas y culminarlas en un par de meses, porque requiere paciencia y enfoque en el detalle.
Su formación la realizó en la ciudad de Oaxaca, estudió la licenciatura en Artes Plásticas en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y en la Casa de la Cultura, donde aprendió del maestro Carlos Rubio, desde ahí nació su fascinación del mundo del arte desde sus orígenes, su admiración por los primeros pintores y por conocer los conflictos y métodos para crear imágenes que al principio no eran realistas, pero que querían representar cierta forma que poco a poco se desarrolló a través de la pintura clásica.
Descubrí que hay mucha tela de donde cortar”, narra el artista con mucha emoción, “y es ahí donde aprendí que hay otras formas de la pintura clásica que pueden generar imágenes increíbles que muchas veces al espectador le llaman la atención y a mí me ha fascinado entender las dos formas de crear, tanto de forma clásica y técnica con el dibujo y la pintura al óleo, como la forma expresiva experimental y accidentada de los acrílicos.”
Edgar Saavedra comenta acerca de este trabajo que Roque Reyes expone hasta principios del mes mayo: “Toda la pintura, creo, debe romperse en algún momento. Lo digo de manera metafórica, aunque muchos colegas deberían literalmente hacerlo o dedicarse a la manualidad de las chambritas. Roque debe insistir en no perder su ‘punto de orientación’, que se obtiene, además, por los viajes, las lecturas seleccionadas ex profeso y el desarrollo de una propia filosofía de la pintura. Estoy (casi) de acuerdo que lo bonito es una noble contraparte de lo asesino que somos los seres humanos en este tiempo (el narco, la guerra de Ucrania versus el rey del norte, Rusia; el genocidio contra el pueblo palestino por los sionistas tik toker, etc.) Ni ver un cadáver nos hace humildes, decía Cioran.”
La pintura debe moverse por sí sola, a veces me dan ganas de aventarla solamente en el lienzo y comenzar a crear desde ahí para esperar un resultado distinto, nunca se termina de estar satisfecho”, comenta el pintor, quien también se dedica a la fotografía.
Dejar que las cosas fluyan es como llegué a desarrollar un arte fluido para crear obras abstractas y con el tiempo fui buscando la forma de crear imágenes y obras figurativas a través de esos accidentes que pueden ser difíciles de controlar, pero con práctica he encontrado otras técnicas de acercarme al resultado que quiero.”
El trabajo de Roque Reyes se admira desde cualquier ángulo, mientras charlamos nos comenta que al término de alguna de sus obras se da un momento de contemplación.
A pesar de haber concluido, a veces se da a la tarea de volver a intervenir, ya que, asegura, las posibilidades son infinitas y en cualquier obra se puede generar cualquier rompimiento o alguna forma diferente que la complemente…
