Este es un personaje que encabeza un movimiento regenerador, que ha sufrido dos fraudes, como lo piensan él y sus partidarios. Es radical, “con fama de honesto, de austero, que al llegar a la capital opta por vivir no en Palacio Nacional, donde han vivido todos los presidentes de la República, sino en un casa modesta”. Es, también, un mandatario “que decreta la disminución de los salarios de los altos funcionarios del gobierno”.
Pero no, no se trata de Andrés Manuel López Obrador ni del año 2018, cuando obtiene el triunfo como presidente del país, sino de Porfirio Díaz, y del año 1876. Tampoco de la llamada “cuarta transformación”, aunque sí de una revolución que como otras tantas ha buscado hacer frente al gobierno en turno, a través de una lucha por el cambio.
De esas similitudes entre las vidas y tiempos, de personajes que hacen pensar lo mismo en un proyecto de mil 500 kilómetros de vías (Tren Maya) o de la creación e impulso a la red ferroviaria en el país, se ha percatado Carlos Tello Díaz. El tataranieto del general Díaz y autor del libro Porfirio Díaz, su vida y su tiempo, lo notó hace unos meses, cuando terminaba el segundo volumen de la trilogía, en el que se aborda el tema de “La ambición”.
“Cuando estaba escribiendo el final de este libro, el año pasado, me di cuenta de que mucho de lo que estaba describiendo en 1876 era similar a lo que estaba viviendo en 2018”, expresa Tello sobre la segunda entrega en torno a un caudillo controvertido que tiende a calificarse de bueno o malo, pero que él, su descendiente, se propuso recrear “a partir de la evidencia y de lo que me decían los documentos”.
EL SEGUNDO TOMO
El investigador en las universidades de Cambridge, Harvard y La Sorbona presentó la semana pasada el libro con el que continúa la serie, misma que con la primera entrega (Porfirio Díaz, su vida y su tiempo. La guerra) obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura 2016.
En este, el volumen más reciente, Tello describe a un Díaz radicalizado, dirigente de una revolución popular y “muy distinto” al que se recuerda normalmente: “que es el Díaz ya viejo, con el pecho condecorado, a punto de ser derrocado por la Revolución”.
Relativamente desconocido, así describe Tello al general nacido en 1830 y fallecido en 1915, y cuyos restos se presume siguen en París, Francia, donde murió.
Se trata, dice, de “un Porfirio Díaz liberal, radical, que triunfa al frente de una revolución, al mando de un movimiento regenerador”, y que él muestra a partir de fuentes primarias obtenidas en: el Archivo General de la Nación, el Histórico de la Defensa Nacional, el fondo Manuel González y la colección Porfirio Díaz (estos últimos en la Universidad Iberoamericana), el fondo Manuel Brioso y Candiani (de la Biblioteca Francisco de Burgoa, de la UABJO).
INICIA EL CULTO A BENITO JUÁREZ
En más de 600 páginas y cuatro capítulos: La Noria, La revolución, La presidencia y La espera, Tello aborda, por ejemplo, el rompimiento de la relación entre Porfirio Díaz y Benito Juárez, que habían sido incluso amigos.
“No es Díaz el que construye la oposición a Juárez, es la oposición a Juárez la que construye la candidatura de Porfirio Díaz”, explica Tello, quien en el capítulo de La Revolución habla de una rebelión que iba contra la última reelección de Juárez.
También habla de un Díaz que por ese entonces “estaba dedicado a sembrar caña de azúcar en Tlacotalpan (Veracruz)” y que más tarde, ya en el poder, “inicia el culto oficial a Benito Juárez”, a manera de un reencuentro póstumo. “Es Díaz el que le da el carácter de héroe nacional”, subraya el autor que a través de varios años ha estudiado, mediante la figura de Díaz, la historia de su país en los dos últimos tercios del siglo XIX y que ahora, sigue una investigación para hablar del Porfiriato, de otra revolución (ahora la de 1910) y de la muerte del caudillo.
