Literatura en Oaxaca: entre el talento y la exclusión
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Literatura en Oaxaca: entre el talento y la exclusión

Con Matanga: taller editorial, Nidia Rojas y Kurt Hacbarth se han propuesto alentar la publicación de autores oaxaqueños


En la víspera del Día Mundial del Libro, Nidia y Kurt compartieron las publicaciones de Matanga en el segundo Tianguis Literario, Autónomo y Popular.
En la víspera del Día Mundial del Libro, Nidia y Kurt compartieron las publicaciones de Matanga en el segundo Tianguis Literario, Autónomo y Popular.

Matanga: taller editorial empezó hace 12 años como un taller de encuadernación y restauración de libros, creado por Nidia Rojas. Ahora, con ella como directora de la editorial homónima y de la mano del escritor y editor Kurt Hackbart, el sello ha propiciado la publicación de siete libros de autores oaxaqueños e impulsado parte del quehacer literario en el estado. Algunos volúmenes son de la pluma de Hackbart y de autores que han tomado talleres literarios con él, aunque otros más de escritores que se aventuraron a incursionar en la literatura.

En la actualidad, el taller editorial se mantiene en la producción de “todo tipo de libros” y libretas. Pero desde hace cuatro años que se encaminó como una editorial para aprovechar los talentos de Rojas y Hackbart. “Él se encarga del libro por dentro y yo del libro por fuera”, resume Nidia sobre esta colaboración que ahora busca ampliar su catálogo de autoras, pues la mayor parte de los libros publicados han sido de hombres.

Este sábado, en la víspera del Día Mundial del Libro, Nidia y Kurt compartieron las publicaciones de Matanga en el segundo Tianguis Literario, Autónomo y Popular, realizado en la Plaza de la Constitución (zócalo) de la capital oaxaqueña.

Kurt y Nidia coinciden en que en Oaxaca “es difícil entrar al medio editorial, el institucional más que nada”, al ser “un círculo muy cerrado” en el que las y los escritores creen que “este mundo no les corresponde, aunque sean buenos”.

Como director del colectivo Cuenteros y varios años a cargo de tallares literarios en la capital oaxaqueña, Hackbart se percató que “hay mucho talento (literario) en Oaxaca”, pero que no estaba encauzado hacia la publicación. Es decir, cuyos textos “quedaban en nada”, pues “la gente escribía y participaba en los talleres, pero los escritos no iban hacia nada en muchos casos”.

Hasta hace unos años, la idea era que “en Oaxaca no había escritores”. Incluso, con varios años en la publicación, el también narrador y traductor naturalizado mexicano reconoce que se mantiene esa percepción.

Pero su trabajo en talleres le ha permitido saber que esa idea es falsa, solo que el sistema marcado por la Feria Internacional del Libro de Oaxaca ha incidido en esta idea al carecer de contacto suficiente con lo que ocurre en el estado en el ámbito de la escritura.

Desde hace cuatro años, el taller se encaminó como una editorial para aprovechar los talentos de Rojas y Hackbart.

Fue así como él y Nidia Rojas decidieron lanzar el sello editorial Matanga. Y así “descubrir, promover, fomentar, alentar, publicar y distribuir autores del estado en bonitas ediciones, porque tenemos que hacer frente a la inundación de PDFs. Para eso hay que hacer libros llamativos y bonitos”.

En este trabajo de arte y de colaboración, la materia prima es la creación del escritor o la escritora, pero parte fundamental es la ilustración, apunta Nidia. En Matanga, libros como “Centraleros”, de Antonio Pacheco Zárate; “Viaje a Monpratrior”, de Kurt Hackbarth, y “El Bastardo”, de Azarel Doroteo Pacheco, cuentan con las ilustraciones de Alma Rojas, Gabriela Martínez y Julián Cicero, por ejemplo. En “Sinfonía # 1”, también de Hackbarth, lleva el diseño de Carlos Franco.

En cuatro años, los otros libros que se han publicado bajo este sello son: “La esclava de la seda”, escrito e ilustrado por Gayne Rodríguez, así como “Hospitalidad”, de Ernesto Toledo Grapain.

Llegar a esta cifra desde una editorial independiente es también resultado de un trabajo que abarca el alentar la publicación incluso si los autores no creen en sí mismos. “Muchas veces hay una serie de frenos de personas que creen que no pertenecen a un cierto mundo y se auto excluyen o se sienten excluidos”, explica Hackbarth.


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