Desenmaraña Monterrubio hilos de identidad y memoria
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Arte y Cultura

Desenmaraña Monterrubio hilos de identidad y memoria

Las obras en las que emplea fibras de agave, pieles residuales de chivo y tintes naturales serán exhibidas en el espacio Servidor Local, en Ciudad de México


Foto: Delia Vázquez Cortés / Adriana ha empleado materiales naturales y de productores locales, como una manera de que su trabajo no genere un gran daño a la naturaleza
Foto: Delia Vázquez Cortés / Adriana ha empleado materiales naturales y de productores locales, como una manera de que su trabajo no genere un gran daño a la naturaleza

Las memorias de su infancia en la costa oaxaqueña y la ceguera que padece su padre han llevado a Adriana Monterrubio (Pochutla, 1988) a enfocar su arte textil en propuestas donde las formas y materiales pueden emular al mar, a los micro organismos, a la ausencia o presencia de luz. Y que ahora presenta con el nombre de “Hilo Fértil”.

Esta nueva serie de esculturas conforman su exposición homónima en Servidor Local, que se inaugura el próximo 16 de marzo. En este espacio de la Ciudad de México, Monterrubio mostrará las primeras piezas de su experimentación como becaria del FONCA en la especialidad de artes y tradiciones populares.

En la víspera de su primera muestra del año, la autora habla sobre sus intereses en las artes y cómo las esculturas “presentan temas como la animalidad y la re significación del material”.

Talabartera de oficio, Adriana ha incursionado en la exploración textil, ya sea con fibras naturales como las del agave u otras. Aunque prefiere no etiquetar su labor, Monterrubio se considera una creadora híbrida que explora tanto el arte popular como el arte contemporáneo.

Me interesa llevar todo lo que tengo en mi memoria e imaginación al plano en 2D y 3D, la investigación sobre los recursos naturales, cómo se aprovechan y desarrollan”, explica.

A lo largo de su trayectoria, Adriana ha empleado materiales naturales y de productores locales, como una manera de que su trabajo no genere un gran daño a la naturaleza. “Todos los materiales que trabajo son 100 por ciento oaxaqueños y me gusta mostrar la riqueza que tiene el estado, pero sin sobre explotar los recursos”, cuenta.

Tanto las fibras como las pieles son de “pequeña recolección, respetando las cosechas, los tiempos de las plantas” y los procesos de los productores con quienes obtiene la materia prima. “Trato que no sea un impacto tan negativo. Al final todos generamos un impacto, pero este es diferente, cuidando todos los procesos”.

La piel que emplea “es de residuo”, es decir, la de los animales de consumo humano a los que trata de dar “un nuevo significado y segunda vida”.

Con sus esculturas, Adriana también trata de preservar un oficio que ha ido perdiendo fuerza en el estado con el uso de plásticos u otros materiales.

Me interesa que no se pierda esa huella del oficio y la técnica, y llevar esta al nivel contemporáneo”.

Adriana, quien vivió hasta los 18 años en Pochutla, plasma en estas esculturas parte de los recuerdos de la infancia, de cuando iba a lavar ropa al río, convivía con sus abuelos o llevaba a los animales a pastar. “Todas estas vivencias más la personalidad el pueblo y la gente me hacen todavía tener bien arraigada mis raíces”, señala sobre una identidad que conserva en sus creaciones.

La botánica, la bio escultura y el uso de materiales y tintes naturales como el huizache son parte de este trabajo en el que las formas de sus obras pueden remitir a organismos microscópicos, hongos, plantas o las olas del mar. “Son organismos que no han salido a la superficie a encontrarse con la luz y emulan un poco el momento de la ceguera, algo que he trabajado desde hace algunos años”.

La exposición “Hilo Fértil” estará del 16 de marzo al 30 de abril en Servidor Local (Progreso 24, Escandón), en una muestra en la que la autora también busca que las y los espectadores revaloren “el espacio a través de las texturas, formas y el peso de cada pieza”.


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