Arquitecto Jeair Loranca es un artista por vocación

Nació en la comunidad de Santa Lucía del Camino, Oaxaca, donde inició sus estudios de nivel básico y media superior; posteriormente, su inquietud por las artes plásticas lo llevó a estudiar pintura, dibujo y escultura durante un año en la Casa de la Cultura Oaxaqueña.

Un año después se inscribió en la Facultad de Arquitectura, ubicada en la calle 5 de mayo, dependiente de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, pero sin abandonar su gusto por las artes plásticas.

En los primeros semestres de sus estudios pudo observar la presentación de los trabajos artísticos de pintura y dibujo de sus compañeros en los semestres más avanzados, y con ese entusiasmo decidió participar en un par de exposiciones dentro de la misma facultad.

Para desarrollar su profesión de arquitectura eligió practicar en un despacho donde completó su carrera académica. En ese lugar obtuvo una gran experiencia, al conocer diferentes áreas donde poder desarrollarse una vez que egresara, en el 2009.

Después se anexó al Colegio de Arquitectos del Estado de Oaxaca, y a partir de 2011 ingresó al servicio público municipal como jefe de inspectores, en donde conoció a diferentes artistas plásticos y arquitectos que lo envolvieron en la inquietud por las artes.

Seguido por los consejos e impulsos de sus familiares, amigos y colegas fue recuperando la práctica y la soltura de la mano. Entre rayones y trazos estuvo intentando dominar técnicas sencillas con tinta y acrílico; no cabe duda que la combinación de la pintura con la arquitectura, entre la antropometría, los análisis ambientales, incluyendo la luz, la sombra, la proporción humana y las formas de animales, se fue manifestando en su imaginación. Esto da motivo al artista para una temática recurrente de los rostros de animales salvajes en su estado natural, captando la expresión realista de miradas al interactuar, provocando una sensación con un lenguaje que motiva entre pintura y espectador.

Creatividad

Jeair Loranca, arquitecto y artista plástico, se ha caracterizado en ambos estudios como un personaje exclusivo en su gusto por los animales, con simbolismos conocidos por muchos de nosotros, ya que la lechuza predice la muerte de alguien de la familia si ésta cuenta con árboles en su hogar es ahí donde se posa por las noches para obsequiarnos su anuncio con un canto exclusivo que mucha gente no sabe descifrar, pero con la certeza de una muerte inesperada de alguien.

Quizá muchos no lo creerán; en lo particular tengo la experiencia vivida. Y no se diga de los gatos, que también tienen ese anunció al llorar por las noches como si fuera un bebé; esto sucede cerca del hogar o bien en la calle por donde sucederá una tragedia. Otro tema son los zopilotes revoloteando arriba del techo de una casa es la predicción de la muerte y podemos seguir mencionando a los animales con este antecedente increíble pero certero, pero nos llevaríamos más tiempo en esta descripción donde un estudioso indígena nos ha manifestado la parte de su libro que más adelante presentaremos en esta misma columna.

Crítica

Loranca expone el tema de los animales sobre el óleo, con mucho interés nos muestra en su obra una experiencia del rostro de los animales, muy hermosa como arte en la estética de la creación e imaginación, fascinante para quien sabe reconocer el arte de los oaxaqueños, quienes se consagran como buenos pintores y escultores, y podemos reafirmar que también la arquitectura es un arte excelente para quienes dan muestras de su trabajo como Jeair del significado que tienen los animales, seres fantásticos y espirituales dentro de las culturas del mundo.