Salime Guró es una artista enamorada de los nahuales
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Arte y Cultura

Salime Guró es una artista enamorada de los nahuales

Se identifica con esos animales asociados a la perseverancia y espiritualidad


Salime Guró es una artista enamorada de los nahuales | El Imparcial de Oaxaca
La mantis religiosa aparece como su tono de nahual

Salime Guró conserva la influencia de dos culturas: la mixteca y zapoteca, ya que sus padres pertenecen a estas etnias. Nació en el estado de Oaxaca, y desde su niñez mostró grandes dotes para el arte, porque a través de él pudo canalizar los temas que más adelante plasmaría en su obra artística.

Los cuentos, leyendas y anécdotas que le contaba su abuela en su niñez quedaron grabados en su memoria. Y después de haber realizado sus estudios de educación básica y media superior, se preparó para ingresar en la carrera de artes plásticas, en la Facultad de Bellas Artes, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Vivir en la ciudad de Oaxaca le ayudó a recorrer los talleres de artes plásticas, donde aprendió a desarrollar y moldear sus obras. Se involucró en colectivos que promueven las mujeres en el mundo de la Gráfica, a la vez de reflexionar sobre sus condiciones de creación.

La artista plástica suele abordar en su obra el tema de los nahuales, esos seres sobrenaturales con forma de animal, que de acuerdo con la cosmovisión  mesoamericana, nos acompañan a lo largo del camino y de nuestra vida. Guró se identifica con esos animales asociados a la perseverancia y espiritualidad; reproduciéndola una y otra vez como ese nahual que su bisabuela le heredó.

En Mesoamérica el tono es vital del origen solar, que todos los seres humanos tienen en común. En el pasado prehistórico era designado a partir de un calendario e introducido en el recién nacido mediante un ritual. En la época colonial se transforma la estructura de la creencia en el tono y la simplificación y asociación de un animal.

 

Creatividad

El tonalismo poscolonial en Mesoamérica oscila entre la entidad anímica y la existencia de un animal en el espacio sobrenatural. Es así como en la obra de Salime Guró aparece una mantis religiosa como su tono de nahual que le otorga el poder mítico de transmitir y curar el alma de quien observa y con la cual compartirá su destino. Por invitación del padre Glin Gemont, residente en la Costa chica de Oaxaca, Salime viajó en 2009 a Corralero, Pinotepa, Nacional, Oaxaca e impartió por primera vez cursos de pintura y grabado; ahí fue donde encontró la esencia de lo que, posteriormente, sería parte fundamental en su obra.

En su obra aborda esos seres sobrenaturales con forma de animal

Contó con mucha emoción, que gracias a su padre bibliotecónomo, que clasificó en esos años la biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), pudo tomar diferentes cursos, tanto en el IAGO como en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Además, tuvo la oportunidad de conocer a artistas que aquí residían, a la vez que tomaba cursos y talleres con maestros como Cinthya Benavides, su primera maestra en grabado; Sinzaburo Takeda, Francisco Toledo, Raúl Herrera, Tamara Araky , Akiko Miyasita, Byron Brauchi, Alfonso Crujera, por mencionar algunos.

 

Crítica

Salime Guró ha tenido exposiciones nacionales e internacionales. Ha publicado sus obras en la revista Humanidades, gráfica y pintura en CEFAO de Oaxaca; Frida mía, en Arte Selecto; Eros Vigo, en Galicia, España; Gráfica de Oaxaca, en Barcelona, España; Armo, en Chicago, Illinois; Trinal de Artes Gráficas, en Cuernavaca, Morelos; Raíces y Tiempo, en Francia, entre otras.

Ella es segunda generación egresada de la licenciatura en Artes Plásticas y Visuales de la UABJO. Lo que resalta de su obra es el estudio de los nahuales, haciendo su propia interpretación en el lienzo o grabado, donde logra florecer y embellecer su obra plástica con la estética de quien conoce los temas tan pensantes e indescifrables para muchos interesados en el tema.

No pueden ser cuentos por lo mismo, pero sí ser moldeados por un pincel o en el mismo grabado. Es sorprendente su trabajo e interpretación, a la vez de interesante como una muestra imaginable pero plasmable en temas donde la artista se explaya para darnos a conocer la existencia de los nahuales, quizá ya no en este tiempo, pero en el pasado hay mucho que decir sobre ellos y la gente que aún da testimonio de su existir. Vale decir que la artista Salime Guró trabaja mucho en la investigación de su propio trabajo.