Vínculos y desuniones en la vestimenta entre las calidades de una sociedad novohispana en México
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Vínculos y desuniones en la vestimenta entre las calidades de una sociedad novohispana en México

El traje ha servido siempre para expresar la identidad individual o colectiva, comunicando varios tipos de mensajes y proporcionando la clave para leer el contexto social y cultural sin mediación de palabras.


Vínculos y desuniones en la vestimenta entre las calidades de una sociedad novohispana en México | El Imparcial de Oaxaca

Por Lirio Getsemaní Martínez Pina

El traje ha servido siempre para expresar la identidad individual o colectiva, comunicando varios tipos de mensajes y proporcionando la clave para leer el contexto social y cultural sin mediación de palabras. Justyna Olko. Traje y atributos del poder Azteca: significados y funciones contextuales. P. 7.

¿El color de esta blusa le quedará bien al color de mi falda y tipo de zapatos? ¿Esta playera me queda lo bastante larga como para ponérmela con una bermuda? ¡Bajar de peso antes de las vacaciones es mi mayor problema en estos momentos! ¡En el trabajo solo me piden portar ropa negra o blanca, se busca ir de manera formal!, comentan las personas hoy en día. ¿Te has puesto a pensar que los problemas de vestimenta que hoy se presentan, no son los mismos que se suscitaban con anterioridad? Los adolescentes, los adultos, hombres, mujeres, niños y niñas, pertenecientes a una sociedad que hoy en día se desarrolla en torno a necesidades y pensamientos individualista, lo primero que piensan y buscan a la hora de escoger su atuendo del día es demostrar y exponer su propio yo, se busca dar a comunicar el tipo de personalidad de cada individuo, como también, la originalidad del ser. El importante ritual antes de elegir una prenda va desde la comodidad, la calidad de la ropa y claro, tal vez hasta elegir algo que esté de moda, para no desentonar en la sociedad, estos podrían ser un bolso, un accesorio que bien se porte en la cabeza o en las muñecas de las manos, un labial, unos aretes, etc.

La autonomía que hoy se presenta en este contexto que puede parecer algo ordinario, o un actuar típicamente común, es totalmente de carácter científicamente importante, más para estudios sociales, conectándola con antecedentes históricos que marcan un antes y un después de estas conductas sociales. El análisis que aquí se presenta tiene la tarea de poder clasificar o bien, distinguir las diferentes calidades novohispanas en México, con el fin de identificar las características principales que los hacia pertenecer a un determinado grupo, estudiado y analizado desde la vestimenta.

Antes de entrar en materia, es importante distinguir y conocer qué fue la llamada época o periodo Novohispano aquí en México. Periodo que historiadores, sociólogos, antropólogos, y de más especialistas, han descrito a este periodo, de manera general, como uno de los más importantes para la Corona Española (Monarquía), ya que es en este periodo de tiempo fue en donde más territorios, riquezas, y bonanzas adquirieron. En este sentido dar a conocer las diferentes vestimentas que se portaron en el periodo novohispano en la sociedad mexicana, tiene mucho que ver con una influencia europea, así como también, el por qué entre los pobladores se podía visualizar las diferencias entre las calidades (extractos sociales) pues un aspecto importante en este periodo de tiempo es que ya se llevaban a la práctica algunas distinciones entre los pobladores, en este caso, todos los que pertenecían a una clase baja portaban una vestimenta diferente a los que pertenecían a la clase media, y lo mismo sucedía con las personas que pertenecían a la clase más alta dentro de la sociedad mexicana.

Según los historiadores Solagne Alberro y Pilar Gonzalbo, en su obra titulada La sociedad novohispana: estereotipos y realidades, argumentan que la sociedad novohispana se integró mediante la fusión de indios, europeos y negros principalmente y algunos chinos y filipinos incorporados en virtud del contacto con Oriente, por lo que esto da como hecho que los indígenas no formaban un todo homogéneo. Algunos presentaban una organización económica, política y social muy avanzada, en donde otros aún vivían de la caza y la recolección con sistemas sociales y políticos rudimentarios; sus lenguas, sus ideas y prácticas religiosas, así como su arte y técnicas, eran diferentes y múltiples, en cada calidad social dentro de este periodo de tiempo.

Por otro lado, Eloísa Uribe describe en su obra La sociedad de la representación. La ciudad de México en la segunda mitad del siglo XVIII, que para este periodo de tiempo (siglo XVIII), se habían reglamentado diversos ámbitos políticos y sociales, entre ellos la vestimenta, pues la vestimenta de las mujeres como la de los hombres, se había ya catalogado por ser el atuendo un signo distintivo de su rango. Ejemplo de ello es que todos aquellos que adquirían fortuna “pretendían pasar por españoles y nobles [y se les] distinguía del resto de la población por su traje, estando más o menos bien vestidos los individuos que … formaban [esa clase], cuando el pueblo no lo estaba, se conocía con el nombre de “gente decente” y esto, más que el nacimiento, era el carácter distintivo con que se le designaba”. De ahí que la mujer debía vestir con honestidad y de acuerdo a la nobleza de su familia, pues si su ropa la hacía verse como prostituta, al igual que aquella que vestía traje masculino, perdía sus derechos.

Diversos aspectos en torno a la vestimenta hacen de este tema relevante, pues en nuestros días toma otro sentido, retomándolo como dato histórico y como aspecto de investigación de carácter científica e el área de humanidades, ya que la vestimenta en cualquier época dentro de la historia se puede retomar como una fuente principal e incluso, como fuente primaria, pues no solo proporcionan una base sólida para la reconstrucción del repertorio del traje e insignias, sino que también ofrecen datos que nos permiten ahondar en la esencia del significado de vestidos y atributos relacionados, de su función como símbolos de estatus en contextos sociopolíticos y culturales, o de su papel en la comunicación no-verbal.

Como trabajo de archivo para desarrollar esta investigación, fue necesario la visita a Biblioteca Histórica José María Lafragua, perteneciente a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en la Ciudad de Puebla de Zaragoza, en donde pude obtener y revisar la obra titulada Manual de las madres, autor anónimo, obra que fue escrita en el año de 1827, el cual tuvo su origen en París, sin embargo, fue traído a México para implementar ciertas prácticas ahí descritas, pues fue una de las fuentes principales para la reconstrucción del contexto social del que se vivían en la época novohispana, ya que en este mismo, y tomándolo como ejemplo principal, se explica brevemente el deber que tenía una madre dentro del matrimonio, dentro del núcleo familiar y dentro de la sociedad, ya que se tenían ciertas clases de reglas y/o actividades que eran propiamente de esta calidad/extracto social bajo.

En dicho manual se explica que las mujeres debían tratar a sus maridos con amor y reverencia, tal como la Iglesia a Cristo, mientras que ellos deben comportarse con ellas amorosos y cuerdamente. Esta expresión explica que ésas eran las actitudes recomendables dentro de la sociedad colonial, cuyas normas de conducta emanaban de la doctrina cristiana. Con la misma orientación patriarcalista, las obligaciones de los hijos hacia sus padres eran obediencia y reverencia; pero lo más sorprendente de este ámbito es que no se exigía explícitamente el amor paternal o filial, quedaba implícito en la exigencia de la asistencia mutua, que debería ser su manifestación inmediata, sin embargo, el caso del hombre como figura es otro tema que igual considero importante para su estudio.

Otro de los aspectos a destacar de la madre en el núcleo familiar y como modo de buena actitud es que estas debían seguir deberes que en aquel momento se estaban imponiendo por el nuevo estado, un ejemplo claro lo podemos encontrar en los textos doctrinales, los cuales refrendaban así el prestigio del modelo familiar en que los hijos y la esposa asumen su papel de sumisos dependientes del jefe de familia, por lo que, gracias a esto, las madres eran vistas como la imagen de Dios sobre la tierra, pues se olvidaban de ellas mismas para rodear la cuna del hijo o el aposento del esposo, para llenarlo de ternura. Y dentro de lo escrito en la obra y que tiene que ver con la vestimenta de una madre de una calidad social media o alta se menciona lo siguiente:

“Los vestidos deben ser siempre según las estaciones del año, ligeros durante los calores, y de abrigo en el invierno; en esto debe imitarse la naturaleza que cubre a los animales en cada estación”

Desde las aptitudes, formas de actuar, maneras de comportarse y de vestir en este periodo de tiempo no es lo mismo que se practica hoy en día, las preocupaciones claramente eran distintas. Para las calidades/extractos sociales más altas de la sociedad novohispana como señoritas de familia debían seguir con la tradición de la familia, la cual, en la mayoría de los casos, sino es que, en todos, era aprender la técnica del bordado en todos sus ámbitos, y la que tenía la obligación principal en transmitir estos conocimientos no eran primicialmente la madre, sino la abuela de la familia, ya sea por la parte materna o paterna. Se describe que las señoritas de calidades altas se les enseñaba el arte de la costura y modista, tomando como referencia que este no eran clases en las cuales ellas podían trabajar, sino, estas eran utilizadas para hacer uso dentro de la familia, es decir, para poder hacer ellas mismas bordados los cuales eran colocados en las asientos o respaldos de las sillas del comedor principal del hogar. Dentro de las diferentes técnicas que se enseñaban se encuentran las siguientes: punto adelante o bastilla, punto por encima o punto de sabana, punto de dobladillo, punto atrás, punto de ojal, punto de cadeneta, entre muchos más.

En la época novohispana uno de los elementos distintivos de la población indígena es el uso de la vestimenta tradicional, mismas que en algunas comunidades aún son utilizadas, esta fue y es diseñada y elaborada por ellos mismos, en algunas ocasiones estampan motivos de su entorno físico, expresando su propia cosmogonía, esta se entiende como la narración mitológica sobre la cual se pretende establecer el origen del mundo, el ser humano y el universo. Sin embargo, el desuso de este tipo de vestimenta se origina en mucho de los casos por la influencia cultural con otros sectores sociales y el mismo crecimiento urbano, como fue el caso de la indumentaria colonial en América la cual estuvo influenciada en mucho de sus aspectos por la cultura Occidental.

Para el siglo XVII las mulatas y las personas de color empezaban a llamar la atención vistiendo ropa inadecuada para esa calidad social, ya que vestían con baquillas y camisolas, ceñidores con piedras preciosas, mangas largas, y telas que hacían juego con la vestimenta las cuales llegaban hasta el suelo, así como también portaban tela traídas de Holanda o de la China. Como conjunto a ello calzaban chapines con muchas suelas. Todo esto solo podían utilizar las calidades de elite o media, es por ello que esta riqueza era tanta y mal vista que en el año de 1623 Felipe IV pretendió frenar ese acto expidiendo un reglamento con el tirulo de “Capítulos de Reforma”, sin embargo, no se llevó a cabo por la sociedad en Nueva España, pues al momento de que las mulatas o las personas de color obtenían más ganancia en cualquiera que fuera sus empleos, se hacían creer que tenían el derecho de portar una indumentaria igual al de las calidades de elite, quienes obtenían sus ganancias por forma natural, es decir, mediante una herencia, dote, por ley natural, etc.

Los trajes populares, los cuales eran portados por los indígenas o las calidades más bajas dentro de la sociedad novohispana tuvo una transformación, la cual puede entenderse que tuvo su revolución de manera natural, pues la influencia que se tomó para ese siglo tuvo que ver con las prendas que eran propiamente españolas, pues una vez teniendo conocimiento de cómo eran estas prendas los mestizos lo moldeaban más a su gusto.

Para poder tener una proyección visual en esta investigación fue necesaria la indagación de pinturas, para obtener un estudio icnográfico del tema, para esto retomo la obra titulada Cuadro de castas, obtenida de la Mediateca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). En ella se puede visualizar los 16 tipos de grupos hegemónicos que habitaban en ese periodo de tiempo.

 

En la descripción de esta imagen podemos encontrar lo siguiente: Obra pictórica perteneciente al género de cuadros llamados “de castas” o “escenas de mestizaje”, cuya factura predominó a lo largo del siglo XVIII en México… en un afán por clasificar y dar a conocer en Europa la naturaleza humana de los habitantes de las tierras americanas. Cada recuadro que se muestra en la pintura está conformado por un hombre, una mujer y un niño o niña representando así el mestizaje que se dio entre los grupos étnicos que conformaron la sociedad novohispana, quienes comprendían desde indígenas, españoles, hasta africanos.

El tema de la Vestimenta en la época Novohispana, es un tema totalmente relevante e importante para dar a conocer a las generaciones de hoy en día, como también, a las generaciones futuras, ya que en ella se plantea datos históricos, y datos contemporáneos, teniendo como resultado una mezcla de materias, dando como resultado un trabajo interdisciplinario, pues no solo se indaga en cuestiones económicas dentro de la sociedad con familias acomodadas de este periodo de tiempo, sino que también, se lleva a cabo una investigación dentro de la vida cotidiana invitando al lector o lectora, realizar una reflexión y hacerse el siguiente planteamiento: ¿Cuánto de esto aún vemos hasta nuestros días?, pues si bien hemos visto, existe un número de personas que por pertenecer y tener un estilo de vida no tan común al resto de la población, se diferencian por el tipo de ropa/vestimenta que pueden tener, o bien dicho, pagar.