1. La llamada de lo salvaje (1903), Jack London
Se aborda la historia de un perro llamado Buck, cuyos instintos primitivos vuelven tras una serie de sucesos que le ocurren cuando lo ponen a tirar de un trineo en el Yukón durante la fiebre del oro que tuvo lugar en el siglo XIX en la frontera entre Canadá y Alaska.
2. El coloquio de los perros (1613), Miguel de Cervantes
La idea central de la obra es la conversación entre Cipión y Berganza, dos perros guardianes del Hospital de la Resurrección de Valladolid y que adquieren la capacidad de hablar durante las noches. Durante el relato, Cipión explica la experiencia con los distintos amos que ha tenido (haciendo referencias a otra obra famosa de la época, el Lazarillo de Tormes)

Centro: ¿Fue él? (1987) Stefan Zweig
Derecha: Los perros duros no bailan (2018), Arturo Pérez Reverte
3. Flush (1933), Virginia Woolf
La escritora británica ofrece sus mejores recursos narrativos en este trabajo donde el protagonista es un can de nombre Flush, de raza cocker spaniel, que la escritora Mary Russell regala a su amiga Elizabeth Barret.
Flush debe viajar de una apacible granja donde la pasa bien, al estruendo y el caos de Londres durante la época victoriana.
4. ¿Fue él? (1987) Stefan Zweig
Esta novela corta, con tintes de celos, intriga y dolor a pensarse en soledad fue publicada muchos años después del suicidio del escritor alemán y lejos de la censura nazi que rondaba a Zweig.
En esta historia, la mascota de la pareja protagonista, de nombre Ponto y de raza bulldog, tiene un papel preponderante que sorprenderá al lector.
5. Los perros duros no bailan (2018), Arturo Pérez Reverte
Protagonizada por 3 lomitos, El Negro, Teo y Boris; esta terna de animales callejeros sale de su zona habitual para enfrentar todo tipo de aventuras.
El Negro, un perro de peleas retirado, sospecha de la desaparición de Teo y Boris, por lo que decide enfrentar su pasado en busca de sus amigos.