Emprendimientos apuestan por uso de redes sociales
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Emprendimientos apuestan por uso de redes sociales

Ante el cierre de sus instalaciones, hay quienes tratan de crear nuevos productos; otros que contaban con empleo fijo han decidido emprender en familia


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La crisis económica derivada de la emergencia sanitaria por Covid-19 ha dejado sin instalaciones y ventas a Ndavaa, una cooperativa de artesanos en el ramo del calzado. A un par de profesionales de la cocina, Iver González y Fabi Téllez, los ha llevado a quedarse sin el empleo en restaurantes que hasta hace unas semanas tenían a decenas de trabajadores.

Hoy, sin ingresos fijos o sin las ventas que se lograban en los puentes y temporadas vacacionales, los profesionales del calzado y de la cocina han decidido apostar por la venta en línea y las redes sociales. Eso les ha ayudado a mantenerse a flote y procurar el ingreso familiar.

La cooperativa Ndava, enfocada en el calzado con textiles y elementos del arte popular, la emergencia sanitaria por Covid-19, se ha quedado sin las instalaciones que rentaba en el centro de la ciudad de Oaxaca. Se intentó negociar el contrato y la renta mensual de 20 mil pesos con los propietarios del inmueble, pero no se pudo, recuerda Germán García Martínez, integrante del emprendimiento surgido en San Dionisio Ocotepec.

Ante las bajas ventas y la no llegada de turistas, en quienes han identificado a la mayor parte de sus compradores, dice que ve complicada la recuperación en el estado y el país. Ndavaa es una cooperativa que en el taller congrega a una veintena de miembros, pero cuya labor se extiende a varios más, a quienes recurren para adquirir algunos textiles. Es un cadenita, dice García sobre el ente surgido en una comunidad donde incluso sus vecinos ven con sorpresa este trabajo, al tratarse de una población de gran expulsión de migrantes.

Frente a la crisis y el abandono del local que rentaban, la cooperativa apostó inicialmente por producir cubre bocas reutilizables. Eso la alejó de su enfoque, el calzado, pero al menos les ha permitido tener algunos ingresos, reconoce. Y a eso han sumado la promoción y venta por redes sociales y otras plataformas en línea.

“Hay que usar la cabeza no nada más para el sombrero, sino buscar alternativas. A veces la crisis te hace pensar”, explica Germán. Y aunque aún lidian con las complicaciones de esta estrategia, pues los pagos a trabajadores no son tan ágiles como antes, cuenta que seguirán, pues confía en que algo bueno vendrá.

EN LA COCINA DE CASA

Como esta cooperativa, en la ciudad y el estado hay otros emprendimientos que apuestan por las ventas digitales y, en su caso, el servicio a domicilio. Fabi Téllez e Íver González cocinaban hasta hace poco en restaurantes de varios empleados, a los que incluso coordinaban.

Ahora han tenido que recurrir a la cocina de su hogar para impulsar Dulce Reino, una pastelería en la que son sus propios jefes y empleados. Y que aunque la manejaban en sus tiempos libres ahora la han visto como el trabajo principal. Al ser un emprendimiento con ingresos mínimos, no pueden hablar de una empresa como tal ni la posibilidad de procurarse la seguridad social o las prestaciones que tuvieron hace tiempo. Pero reconocen que al menos han conseguido mantener a su familia.

Para ellos, las redes sociales les han ayudado a impulsar la venta de dulces y pasteles. Lo mismo que la recomendación de sus clientes y la innovación en productos. De esta manera, la iniciativa de Fabi e Íver ha ampliado sus pedidos. “Teníamos que hacer algo para subsistir”, explica González, quien observa que sí han ayudado las redes. Tanto las sociales como las de amigos y emprendedores.

“Somos pequeños, pequeños negocios que podríamos desaparecer. Si los grandes, como el restaurante en que estaba, podrían cerrar, uno como emprendedor tiene riesgos”, señala Íver.