Víctor Robinson lleva a la escultura la fauna de Guelatao
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Arte y Cultura

Víctor Robinson lleva a la escultura la fauna de Guelatao

Inspirado en un pato joyuyo o pato de la Florida, que se estableció en la laguna, el autor también llama a “amar y cuidar al planeta ante adversidad”


  • Víctor Robinson lleva a la escultura la fauna de Guelatao
  • Víctor Robinson lleva a la escultura la fauna de Guelatao

La historia de cómo un pato joyuyo o pato de la Florida tomó a la laguna de Guelatao como su nuevo hogar, sirvió de inspiración para que el artista oaxaqueño Víctor Robinson recreara a éste en una pieza de gran tamaño. Como parte de los festejos del fin de semana en esta comunidad serrana, el autor compartió tal escultura, la cual incluso colocó en tal depósito de agua.

Sobre el ave que recreó y que habita en la población, Robinson señala que la llegada de éste a la comunidad de la Sierra Norte de Oaxaca fue hace tres años. El ejemplar llegó junto con otros más de una parvada de patos provenientes del norte de este continente. Sin embargo, ese pato joyuyo o también conocido como pato de la Florida, decidió quedarse en la laguna.

Esa, reconoce, fue la inspiración para este proyecto escultórico que concluyó recientemente y compartió el fin de semana, en el marco de la Copa Benito Juárez y el natalicio del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.

El pato joyuyo “se encantó y decidió ser un habitante más de la Laguna Encantada”, cuenta Robinson sobre el depósito que en esta comunidad zapoteca también es conocido como un sitio especial.

SOBRE LA ESCULTURA

La escultura se basa en aquel pato “de sexo masculino, de carácter pacífico, sereno y amigable, pequeño, pero majestuoso”, y que para el autor es “probablemente, el ave más bella de las variedades de gansos y patos que habitan el planeta”.

Más allá del homenaje al ave, el autor que fuera de Guelatao ha compartido su trabajo en países como Estados Unidos, Venezuela y Brasil señala que la pieza es a su vez una manera de promover y llamar “al respeto, protección y cuidado de la naturaleza, de ese amor y veneración a todos los seres vivos que habitan el planeta, sin barreras ni fronteras”.

En tiempos como los que describe de tensión y en el que se pierde el sentido de la vida, Robinson considera que son “necesarios mensajes positivos que generen concientización, una invitación a tomar conciencia y actuar por la Madre Tierra, un mensaje de luz y de calma para la humanidad, un pato joyuyo que nos enseñe el camino de la humildad y la nobleza, la presencia plena, la existencia”.