Reyes Gómez: Viviendo en el extranjero, conocí mi país
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Reyes Gómez: Viviendo en el extranjero, conocí mi país

Reyes Gómez se considera ciudadano de la nación nube, pero sabe que su identidad no siempre tiene que ver con su idioma materno, sino con otro o con su color de piel


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Reyes Gómez (1965) nació en Santa María Alotepec, Mixes, y a partir de esta cultura se describe a sí mismo como un ciudadano de la nación nube. Pero su vida no siempre ha transcurrido en esta parte de la Sierra Norte de Oaxaca. Su inclinación por las artes lo llevó primero a la ciudad de Oaxaca, en donde en la década de los 90 se formó en el taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo. Después, lo condujo a Alemania. Y fue ahí, al otro lado del océano, donde su lengua materna, sus pensamientos e ideas comenzaron a cobrar otro valor, a tener otros acercamientos y miradas.

¿Qué ha representado la lengua mixe en su trayectoria como artista visual o escritor que recupera la tradición oral de su comunidad y región?

—Tu universo sólo lo puedes concebir a través de tu idioma, no hay otra forma. Si pintas, es un idioma que se conoce como gráfico; si escribes es un idioma ortográfico; si cantas es uno sonoro; si bailas es visual. La forma de concebir tu universo es solamente a través de lo que conoces, no puedes expresar algo que no conoces. No podemos concebir el arte chino porque no conocemos esa cultura, no es nuestra. Uno es lo que uno conoce.
¿Y usted qué conoce?
—Tuve la fortuna de, viviendo en el extranjero, conocer mi propio país. Es que solamente cuando sales puedes conocer lo que eres.
¿Se trata de lo que algunos llaman revalorar?
—Posiblemente. Posiblemente sea revalorar, porque le das un valor nuevo. Las personas que cruzan el río y se van hacia el otro lado, Estados Unidos, caminan en el desierto y saben lo que es un vaso de horchata porque lo recuerdan, y si en ese momento les dieras un vaso de horchata te darían las gracias y se iría en su memoria una sensación de sabores.
Reyes Gómez, quien vivió dos décadas en Alemania, dice que fue en ese tiempo cuando se percató que no sabía nada de su país, pero también cuando aprendió de éste. A todos los que emigran, dice, les pasa eso. “Cuando los mexicanos viven en Estados Unidos, se vuelven más mexicanos que los que viven en México. Y cuando el gringo viene a México, aprende sobre su propia cultura, lo mismo que con el alemán”.
¿Y qué pasa con quien es de una comunidad indígena, con su cultura?
—Nada sobrenatural. Sencillamente, descubres que eres un ser humano como cualquier otro, ni eres mejor ni peor, sino que perteneces a la comunidad del planeta Tierra. Ser indígena no te hace mejor ser humano, ni ser judío o chino. Sin embargo, los mexicanos consideran que los judíos son mejores que la mayoría de la población del mundo porque son el pueblo elegido de Dios. Pero es cuestión de concepto, no son mejores ni peores.
Pese a esas palabras que parecieran alentadoras, Reyes Gómez reconoce que existe la marginación, la que ejerce una nación sobre otra. Y que esa incluso se observa en la predominancia o aceptación de una lengua respecto a otra. Pero “la marginación se da de acuerdo con el lugar en donde estés”, apunta, pues un mexicano no se siente parte de la colonia española, aunque considere al español como la lengua que los une. “Cuando una persona se apropia de un idioma, curiosamente eso le da identidad. Y ahí está también el problema: ¿dónde está tu identidad? Tu identidad está donde están tu corazón, tus sentimientos, lo que eres. No es tan importante, en ese aspecto, la marginación. En mi caso, llegando a una comunidad indígena, es el idioma español el que nos unifica, y no sólo con Oaxaca, sino con otros estados o países”.
El que haya un idioma común, crea una idea de pertenencia, dice. Pero en el caso de los mexicanos y de otros países que comparten el idioma español, Reyes observa que la lengua española, la de España, se tiende a despreciar.

¿A usted qué le da identidad o cómo la forja a través de los idiomas que habla?
—Es curioso porque nuestra identidad está basada en el color de piel. En Alemania la gente morena me sonreía y saludaba en árabe porque basada en mi color de piel pensaba que era árabe. Cuando ves a alguien de tu color de piel, sientes afinidad, en un ámbito distinto en el que todos somos morenos. Pero cuando estás en Estados Unidos no ocurre lo mismo porque es tan diverso que te puedes confundir. Entonces hay una discriminación en donde la identificación del idioma juega un papel importante para discriminar a un grupo.
Reyes Gómez es un autor con una vasta obra visual, pero con más de una treintena de libros en lenguas como el inglés, el español e incluso en su lengua mixe. Sin embargo, reconoce que no es él quien lo escribe en su lengua materna, sino en español, y se apoya en su hermano para traducirlos. “Ese es el problema, somos iletrados en nuestro propio idioma o lengua materna porque no hay una formación académica”. A veces, ni siquiera existen libros en lenguas indígenas, refiere el autor.