Banda del Calmécac va a las Islas Marías

La banda filarmónica del Instituto Intercultural Calmécac (ICC), con sede en Nejapa de Madero, fue invitada para formar parte de un programa cultural en Islas Marías. Será del 16 al 19 de mayo cuando sea parte de un programa organizado en el Centro Transformativo de Educación y Cultura Ambiental Muros de Agua José Revueltas (en la isla madre del archipiélago).

Su actuación será previa a la apertura oficial del sitio, que de acuerdo con el gobierno federal podrá ser conocido por el público en junio próximo.

Nathanael Lorenzo Hernández, director de la banda y del ICC, señala que la visita y actuación es a raíz de la invitación recibida por parte del titular del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Adelfo Regino Montes .La banda ofrecerá un par de conciertos y se suma a la actuación que integrantes del ICC dieran en diciembre pasado con la nueva administración federal.

“Vamos con un formato de concierto, que es lo que nos solicitaron”, señala el músico que junto a una veintena de alumnos acudirá para interpretar piezas del programa que han ejecutado recientemente en las actuaciones en el estado de Oaxaca. Los temas, adelanta, se incluirán en el sexto disco del instituto, Sones para convertirte en nahual.

“Lo hermoso de este material es que estamos manejando música de maestros y alumnos del instituto, con una prioridad sobre obras como Mantra para el regreso, que encabezará el disco”.

El viaje, explica, es muy importante para el proyecto, pues es uno con la “altura” para dar la “cara musical” de Oaxaca, a través de tres conciertos que se darán en estas fechas, y que anteceden a su actuación a mediados de año en el Teatro Macedonio Alcalá.

CAMBIA DE SEDE

Hace unas semanas, el instituto cambió de sede. Luego de varios años de operar en San Juan del Río, se instaló en Nejapa de Madero, de donde es oriundo su director. Si bien, en San Juan tuvieron un buen trato, Lorenzo Hernández explica que el cambio se debió principalmente a la imposibilidad de concretar la construcción de las instalaciones de la escuela. A eso se sumó el pago de rentas, lo cual afectaba las finanzas del instituto. La falta de infantes también fue uno de los factores, pues en la comunidad hay pocos, y los que hay se dividen en diferentes proyectos de la comunidad y la iglesia.

“Es una peleadera de niños entre las iglesias, las escuelas, los talleres y el instituto”, añade sobre un problema ligado a la estadística de habitantes.