Virgen de la Soledad: devoción y simbolismo
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Virgen de la Soledad: devoción y simbolismo

La investigadora Selene García se adentra en la historia de la construcción de la basílica y las escenas que narran los momentos vividos por la Virgen María


Más allá de la leyenda sobre la imagen que en su paso por la ciudad decidió quedarse en esta, la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad es poseedora de una historia ligada al comercio, la devoción, la arquitectura y la imagen. Sobre estos aspectos, historiadores como Selene García se han interesado en ahondar para compartir que tan sólo la portada principal cobra especial relevancia. Ya sea por su mezcla de estilos o porque adelanta al visitante o feligrés sobre lo que hallará en el interior del templo consagrado en 1690.

La investigadora señala que el arquitecto a cargo de la portada se basó en tratados como el del italiano Sebastiano Serlio, quien decía que toda portada debería contar con tres estilos. Es así como la de La Soledad tiene en un primer nivel un estilo dórico (que se observa en las columnas y nichos casi cuadrados), en un segundo nivel, uno de tipo jónico (en donde los nichos son conopiales) y en el tercero a un estilo corintio (caracterizado por los medios puntos).

Serlio también decía que cada imagen tiene un mensaje. “Si seguimos eso, de que la portada tiene una función, vamos a empezar con un primer mensaje”, explica la doctora en historia, y quien del 26 al 30 de diciembre conduce una de las visitas guiadas a templos de la ciudad.
Por aproximadamente 40 minutos, Selene explica a los asistentes varios aspectos relativos a la construcción que hace unos días, el 18, fue sede de los festejos a la considerada patrona de Oaxaca de Juárez.

Entre lo compartido, Selene habla sobre las escenas recreadas en la portada, en donde hay una imagen de la Asunción, una sobre la Virgen de la Anunciación (y una de la Virgen de la Soledad. “Es decir, tres de los momentos más importantes de la Virgen: inmaculada antes de concebir a Jesús y después de concebirlo; Anunciación, porque se le está diciendo que va a ser madre, y eso lo sabemos porque está el arcángel Gabriel enfrente de la Virgen de la Anunciación, y finalmente Soledad, el momento de crucifixión del hijo de la virgen”.

Pero entre esos momentos, también está el de la encarnación del verbo (Jesús), lo cual se representa mediante la ventana central (en el tercer cuerpo), que durante el equinoccio de primavera debería dejar pasar la luz para que esta caiga en el altar mayor de la Virgen (en el interior del templo) y con ello aludir a dicha encarnación. Sin embargo, refiere la investigadora, ahora no se percibe debido a los vitrales colocados detrás de la ventana.

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN

La historia de la construcción de la basílica es otro de los puntos comentados por la historiadora, quien recuerda la devoción a esta advocación está muy ligada a los comerciantes. Fueron ellos, los venidos en el siglo XVII de Andalucía, España, quienes se instalaron en esta parte de la ciudad y tomaron a la imagen como parte esencial de sus creencias.

¿Por qué era importante esto? Selene explica que en esos tiempos la sociedad estaba compuesta por grupos y por ello era necesario ser parte de uno para ser reconocido. “Por eso los andaluces se instalaron alrededor de la cofradía de la Soledad y empezaron a promover esta imagen, porque además era la que ellos conocían o veían cercana, por ser la Soledad de Madrid”.

He ahí la razón del modelo que se observa de la Virgen de la Soledad y que guarda gran similitud con la Soledad de Madrid, del convento de La Victoria. “Ellos (los comerciantes) se trajeron a esa y a otra virgen, la de Aránzazu”.

En esos tiempos, el siglo XVII, la devoción fue de tal magnitud que la cofradía inició la construcción o pidió los permisos para edificar el santuario, en 1680. Sin embargo, como los recursos fueron insuficientes, los comerciantes acudieron con las personas ricas de Oaxaca. Para estos años, expone García, Oaxaca era reconocida a nivel mundial por la grana cochinilla (pues la mayor producción de este tinte e insecto se dio aquí) y Pedro de Otálora Carvajal, un canónigo educado en seminario, pero que no pertenecía a ninguna orden, sino era del clero secular, era uno de esos comerciantes beneficiados.

Con este personaje, agrega la investigadora, es con quien acudieron los comerciantes andaluces y le propusieron construir un santuario para la virgen, en el que también podría ser enterrado a su muerte.

Al principio, Pedro da mil pesos, pero la suma se extiende hasta 28 mil, pues “no solo pensó financiar este santuario, sino en que su iglesia no se cayera”. Es por ello que la suma sirvió para construir un convento (ahora sede del ayuntamiento municipal) que apoyara a la basílica y esta no sufriera estragos durante los sismos.

Sobre este hijo de padre vasco y madre oaxaqueña, Selene señala que es muy probable que para la construcción trajera a arquitectos de Puebla, pues “aquí no se hacía este tipo de trabajo”. Esta idea se basa en los elementos visuales que asemejan a esta portada con el tipo de edificaciones del vecino estado. “Sin embargo, los maestros canteros sí son oaxaqueños, de eso sí se tienen documentos escritos”.

El diseño de la portada es lo que también explica la resistencia de la construcción. Al ser cóncava (con medios arcos), “cuando tiembla, toda la energía se concentra en el centro y se distribuye”, comenta la investigadora sobre la edificación que, entre otros, tiene a Santa Rosa de Lima (la primera santa americana) y a San Agustín representados en tal portada.