Entre maestros con raíces oaxaqueñas
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Arte y Cultura

Entre maestros con raíces oaxaqueñas

Shinzaburo Takeda, de origen japonés y afincado en el país desde hace cuatro décadas, ve en Tamayo y Posada a “abuelos” de la gráfica; Toledo, refiere, es “padre”.


Shinzaburo Takeda, artista de origen japonés que desde hace 40 años radica en México, considera que la gráfica tiene como abuelos a Rufino Tamayo, un oaxaqueño que como otros es para varios “maestro” del arte. A José Guadalupe Posada, Takeda también lo ve como un antecesor, como un bisabuelo en la tradición que el estado ha cobrado fuerza en decenas de colectivos y talleres. Más de 40 grupos y cerca de un centenar de prensas, según las estimaciones de la historiadora del arte Deborah Caplow.

Pero en Francisco Toledo, fundador del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), Shinzaburo no ve simplemente a un contemporáneo y guía, como él mismo ha sido para varias generaciones en su paso por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

“El maestro Francisco es padre directo de nosotros, como seguidores del camino que abrió para este nuevo lenguaje”, expone Takeda en una plática en el patio del IAGO, donde el jueves por la mañana acompañó el lanzamiento de la convocatoria para la sexta Bienal Nacional de Artes Gráficas que lleva su nombre.

Takeda se muestra humilde, a veces con pensamientos dispersos que adjudica a fallos en la memoria. Por eso, dice, sólo recuerda “cosas exóticas”, como las experiencias vividas en compañía del fallecido oaxaqueño Juan Alcázar, a quien recrea como alguien sin tapujos y muy confiado en un viaje a Japón, al grado de llevar una gran carpeta de grabados para ofrecer al embajador.

Entre maestros, así es como se le ve a Takeda en la exposición que curó Caplow y que reúne las obras de 14 artistas con raíces oaxaqueñas; entre ellos, el fallecido Juan Alcázar, visto por Takeda como otro de los padres de la gráfica en el estado.

Los grabados de Takeda están en una muestra celebratoria de los 30 años del IAGO y dialogan con las de Rufino Tamayo, Rodolfo Morales, Enrique Flores, Francisco Toledo y Sergio Hernández.

La serie de piezas, prestadas por los mismos autores, así como por coleccionistas o galerías, se ciñe a dos criterios, como detalla la curadora. Uno en torno a las tendencias estilísticas y otro por la contemporaneidad.

En esta muestra, abierta hasta parte de enero de 2019 están los grabados de Demián Flores, Alejandro Santiago, Enrique Flores y Guillermo Olguín.