El Rojo deseo de Irma Pineda
La poeta se toma un descanso de la violencia y el dolor que han acompañado sus últimos libros, para dar paso al amor y al erotismo
Si todo mundo sabe mi vida, qué más da. Así se liberaba la poeta Irma Pineda del Rojo deseo que titula su último poemario, uno que le sirve de descanso ante tanta violencia y dolor experimentado en sus últimos libros. En Oaxaca, uno de los lugares en donde ha compartido el volumen, la autora binnizá (zapoteca) ha dicho que el libro es también un homenaje a las personas que ha querido, a quienes siguen siendo sus amistades y han aportado belleza a su vida.
Desde que lo presentó en la 39 Feria del Libro de Minería, en la Ciudad de México, Irma ha seguido una serie de recitales con públicos diversos, desde el congregado en su natal Juchitán hasta el que le acompañó en la capital del país. Ahí, como parte de la quinta Fiesta de las Culturas Indígenas, Pueblos y Barrios Originarios, que se realiza del 24 al 2 de septiembre.
El libro se desprende de la trilogía que ha desarrollado como integrante del Sistema Nacional de Creadores: Azul anhelo, en el que habla sobre la violencia hacia mujeres; Verde quiero, que retoma la vinculación mística y sagrada de los zapotecas con algunas especies de plantas y árboles, y Rojo deseo, en el que explora una línea amorosa y erótica.
El volumen consiste en una serie de poemas escritos y pensados en las personas que le han acompañado en la vida. Además de representarle un redescubrimiento de sí misma, de lo que es capaz de sentir, de desear, de proponer.
“Aunque Azul anhelo fue primero, el hecho de que trate de la violencia hacia mujeres, me dejó pensando porque el libro que publiqué anteriormente era sobre la violencia que ejercen las fuerzas armadas en las comunidades indígenas (La flor que se llevó) y el que publiqué antes de ese era sobre la migración y la violencia de estado que genera pobreza y migración”, contaba Pineda durante una plática en la ciudad de Oaxaca.
El libro aparece bajo el sello de Pluraria Ediciones, especializada en la publicación de textos en lenguas originarias. Asimismo, es precedido por varios poemarios en los que Irma abordaba la violencia y dolor. “No quise sacar inmediatamente Azul anhelo porque quise hacer una pausa, para descansar un poco del dolor, porque me involucro profundamente con lo que hago”, ha explicado la también autora de Nostalgias del mar (Xilase Nisadó) y De la Casa del ombligo a las Nueve Cuartas.
En sus obras previas, Irma ha retomado temas sociales que implican un acercamiento con la gente que vive estos procesos, además de entrevistas e investigación.
“Le contaba a unos amigos que el de La Flor que se llevó, literalmente, lo escribí borracha porque era la única forma de soportar el dolor y poder hacerlo”.
De ahí la necesidad de esa pausa para sí misma y para sus lectores, a quienes consideraba importantes para compartir “algo distinto, más amoroso, sensual”.
Rojo deseo es el primer libro de la serie que se ha dado a conocer desde inicios de año, primero en marzo, durante la Feria del Libro de Minería, Ciudad de México; posteriormente, la poeta ofreció una lectura del mismo en Juchitán de Zaragoza, durante la Feria del Libro que organiza cada año la comunidad; también en la ciudad de Oaxaca, en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca. Recientemente, lo compartió nuevamente en la Ciudad de México.
