RAÚL NATHÁN PÉREZ
1).- Loa a la tierra teca
Sobre Juchitán de Zaragoza, la emblemática ciudad istmeña, se ha escrito mucho. Sus costumbres y tradiciones. Su entorno tan colorido como sus trajes bordados o su mercado y sus parques, siempre llenos de bullicio. No basta un artículo periodístico para describir sus velas, artistas y escritores; la intensa actividad cultural. Tierra de empresarios y de mujeres emprendedoras; de muxhes que han defendido su identidad y diversidad. Pero también de campesinos, hombres y mujeres anónimos. Pueblo histórico que luchó y derrotó a los franceses el 5 de septiembre de 1866. Además, de desastres, como el terremoto de 8.2 grados que lo devastó el 8 de septiembre de 2017. Memorable la foto de un hombre sacando de los escombros y enarbolando la Bandera Nacional. En fin. Me quedo corto.
Sin embargo, también ha sido territorio de ilegalidad e impunidad. El primer municipio gobernado por la oposición. Ahí nació en los 70s del Siglo XX, la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo (COCEI), que devendría durante décadas, un membrete explotado por falsos redentores sociales -y sucesores- con generosas rentas políticas y económicas. La invasión de predios, con el vano discurso de la lucha social. La quiebra de empresas, salida de capitales y pérdida de fuentes de trabajo. La extorsión permanente y el bloqueo: Canal 33, crucero, IMECA. Juchitán vive un eterno caos vial. Miles de moto-taxis, de decenas de membretes, cuyos conductores lo mismo cobran derecho de piso que sirven de “halcones”, narcomenudistas o para trasladar cadáveres. Y cada día caen como moscas.
2).- La muerte tiene permiso
El pasado 16 de junio, la ciudad istmeña vivió un capítulo brutal de violencia. Incendio de tiendas, agresión armada contra el transporte público, suspensión del servicio y actividades escolares. Escenas de terror. Pero el infierno, tal cual, lo ha vivido la ciudadanía desde hace mucho. Homicidios, asaltos, amenazas y extorsión son el pan de todos los días. Decenas de pequeñas y medianas empresas han cerrado. Este clima ha impactado a poblaciones cercanas. El 2 de junio de 2018, un triple asesinato cimbró a la opinión pública y puso contra la pared a un gobierno omiso con el ambiente criminal que ahí se vivía y vive. El asesinato a sangre fría de la fotoperiodista María del Sol Cruz Jarquín, la candidata a concejal, Pamela Terán y al escolta de ésta, Adelfo Guerra. Aristas de impunidad aún prevalecen.
Gracias a la presión social, el gobierno puso en marcha un operativo policíaco-castrense. A poco demostró ser un fracaso. Las ejecuciones y ajustes de cuentas siguieron. Juchitán han sido un pueblo sin ley. Vendrían otros sonados crímenes. Uno de ellos, de una familia, incluyendo menores de edad. El ex gobernador Alejandro Murat arremetió en contra de su hoy correligionario morenista. Textual: “el presidente municipal de Juchitán, Emilio Montero, es un delincuente”. En un territorio de alta criminalidad, las oleadas migratorias alentaron el gran negocio del tráfico humano. Cárteles, bandas locales, policías de los tres órdenes hasta autoridades municipales se hincharon los bolsillos.
Y Juchitán se pudrió más. Partidos y gobiernos municipales han solapado y entregado cargos de concejales y directivos, además del manejo de la obra pública y la seguridad, a parientes y testaferros de famosos delincuentes como José Luis y Guadalupe Terán de la Rosa, a) El Chegüí y “El Chelo”; de Juan Terán Regalado, parientes de “Na´xio Terán”, Asunción Santiago Terán, madre de Iván Sánchez Santiago, a) Comandante Cromo. Es decir, tienen el delito como herencia. En este entorno de impunidad hay otros que se han montado en el mismo, como “El Fallo”, “El Renco”, “El Rotoplas”, incluso directivos del Ferrocarril Interoceánico. Es decir, la maña, con su clima de terror y sus nexos politicos, intenta apropiarse del emblemático Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT).
3).- Aberrante impunidad
Al asumir Emilio Montero la titularidad del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), en diciembre de 2022, dejó como suplente en el gobierno teco a su cómplice y socio, Miguel “Quetu” Sánchez Altamirano. Éste fue ratificado con el voto. Al igual que su antecesor, ha solapado abiertamente el clima criminal que se vive en su municipip. Luego de los hechos del lunes 16 de junio, salió con su cabildo a rasgarse las vestiduras. Nadie le creyó. Llamó a los criminales “grupos antagónicos”. Ambos están en la ruta de descalificación dentro del gobierno de Salomón Jara, con miras a la sucesión, donde el golpeteo interno es inédito.
Un análisis de los perfiles directivos en el IEEPO daría muchas sorpresas. Sólo son parte del “Cártel del totopo”. El funcionario trae una aparatosa escolta e hizo de su casa un búnker. “Quetu” se quedó con la otra parte.Es vox populi –que es vox Dei-: todos los caminos de la violencia y inseguridad; el crimen y la complicidad con los grupos delictivos, llevan a esta dupla. “No son pruebas de inocencia, sino prenda de impunidad” -decía M. de Montaigne-.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— ¿Alguien sabe qué carajo tenía que hacer la titular de SECTUR, Saymi Pineda Velasco, en la gira que hizo el gobernador Salomón Jara, para supervisar las afectaciones del huracán “Erick” en la Costa oaxaqueña, que no fuera sólo para balconearse y buscar rentabilidad política? En tiempos de la hegemonía del PRI les decían “buitres de la tragedia”.