Un nuevo escándalo golpea a las corporaciones de seguridad en Oaxaca. Un elemento activo de la Policía Municipal de Juchitán de Zaragoza, identificado como L.A.P.L., fue detenido y vinculado a proceso por su presunta participación en delitos contra la salud en su modalidad de narcomenudeo en la hipótesis de suministro, así como por la portación ilegal de un arma de fuego y cartuchos útiles.
La aprehensión
La detención ocurrió en el marco del operativo interinstitucional denominado “Juchitán Seguro”. Cuando elementos de la Policía Estatal realizaban recorridos de vigilancia sobre la Carretera Federal 190, a la altura de la agencia municipal La Ventosa, en la región del Istmo de Tehuantepec.
Según el informe oficial, los agentes observaron una actitud sospechosa en el ahora detenido, quien se encontraba a bordo de un vehículo particular, realizando una aparente entrega de objetos a otra persona que huyó del lugar al notar la presencia policial. Tras someterlo a una revisión, los elementos estatales encontraron en su poder una cangurera con bolsas transparentes que contenían hierba seca con características similares a la marihuana. Así como un arma de fuego y municiones, de las cuales no pudo acreditar su legal portación.
Prisión preventiva y proceso penal en curso
Tras ser puesto a disposición del Ministerio Público, L.A.P.L. fue presentado ante un Juez de Control. Éste determinó como legal su detención y, con base en las pruebas presentadas por la Vicefiscalía Regional de Valles Centrales, dictó prisión preventiva justificada de forma provisional, mientras se desahoga el proceso penal correspondiente.
El caso ha generado fuertes cuestionamientos sobre el perfil y la integridad de los elementos policiacos que actualmente se desempeñan en municipios de alta conflictividad como Juchitán, donde la población enfrenta una creciente ola de violencia, robos, extorsiones y delitos relacionados con el narcotráfico.
¿Quién vigila a los vigilantes?
Aunque la Fiscalía General del Estado de Oaxaca señaló que este tipo de acciones buscan “combatir los delitos contra la salud que atentan contra la ciudadanía”, la detención de un policía municipal presuntamente involucrado en actividades de narcomenudeo evidencia la fragilidad institucional y la posible infiltración del crimen organizado en cuerpos de seguridad local.
Por otra parte, el caso de L.A.P.L. no es un hecho aislado. Diversas organizaciones civiles y defensores de derechos humanos en la región han denunciado desde hace años la presencia de redes delictivas al interior de corporaciones municipales. Muchas veces solapadas por estructuras políticas locales o por la falta de controles efectivos y procesos de depuración interna.
Urge depuración y control en cuerpos policiacos
Expertos en seguridad advierten que, mientras no se implementen mecanismos serios y permanentes de evaluación, capacitación y supervisión a los policías municipales, los riesgos de corrupción y colusión con el crimen seguirán siendo altos. Especialmente en zonas vulnerables como el Istmo de Tehuantepec.
Finalmente, a la espera del avance judicial en este caso, la ciudadanía de Juchitán exige respuestas claras y una depuración real de sus cuerpos de seguridad. La confianza pública, ya erosionada, no se recupera con discursos: se necesita voluntad política y acciones concretas para limpiar a las instituciones desde adentro.