Y COMO DICEN los filósofos; lo que será ya es. Es casi lo que un lector y amigo me dice que pasará con el proceso electoral del Poder Judicial, tema abordado en mi columna de la víspera.
“LO práctico –me dice– es que doña Blanca busque un padrino en Morena para ser designada. Meterán votos, acomodarán resultados, quedarán los que quieran los padrinos”.
No debemos olvidar respecto a esto último que, los funcionarios de casilla no van a contar los sufragios, estos se limitarán a clasificar las papeletas por color y colocarlas en su respectiva bolsa para enviar al INE sin saber cuántos votos hubo para cada candidato.
“Los que irán a ser, ya están -puntualiza nuestro lector–, solo falta legitimar la participación. Mira, por casilla solo podrán votar 50 ciudadanos por el tiempo empleado para ello. Si solo instalas 80 mil casillas, tendrás solo 4 millones de votos”.
OTRO comentario al respecto, recibido, me dice, palabras más palabras menos, sobre el enorme riesgo que significa, que lleguen al Poder Judicial esos candidatos impulsados por los guindas para apoderarse completamente del Poder Judicial, en lugar de los candidatos con carrera judicial.
TODOS los jueces, magistrados y ministros que deje el proceso electoral –me comenta– llegarán con las mismas facultades y alcances que tienen los funcionarios judiciales actuales, pero ahora se incrementa un ingrediente letal si su posición se la deben al padrinazgo del sistema; el del interés meramente político. ¿Se imaginan si llegan políticos, no juristas, directamente a estos cargos?
LLEGAN con un poder adicional, porque hoy, un Gobernador, un Senador, un Diputado, NO puede, al menos de manera fácil, directa, general y PERMANENTE, por ejemplo, usar el Poder Judicial en perjuicio de un ciudadano, que, por alguna causa, resulte incómodo en sus objetivos o carrera política, pero después de esta elección de jueces, magistrados y ministros, la cosa cambia; podrán sin ningún freno usar los expedientes y leyes enteramente a su favor y en detrimento del otro.
O ¿Qué tal si llega un pseudo abogado (como esos porros con título de licenciado en derecho que abundan en los corrillos políticos) y no sabe nada? ¿Qué tal si en su curva de aprendizaje se lleva entre las patas el destino de seres humanos llevándolos a prisión o bien, liberando impunemente a culpables simplemente porque desconoce los procesos jurídicos que debiera dominar? Es lo que reflexiona este otro lector aludido.
MÁS AÚN
SOBRE el hambre del Poder Ejecutivo que quiere engullirse al Poder Judicial, recordemos la razón de hacer este cambio de funcionarios judiciales:
Con el expresidente LÓPEZ OBRADOR, de la SCJN hubo suspensiones para la construcción del Tren Maya o también para la misma reforma judicial (y muchas suspensiones más); aunque a todos los dictados de la Corte la respuesta fue el desacato presidencial; precisamente ese espíritu de autonomía, esa falta de sometimiento al Ejecutivo es lo que terminó en esta reforma judicial. Quieren jueces, magistrados y ministros alienados al poder.
LOS TRASCENDIDOS políticos marcan que ya están induciendo a los beneficiarios de apoyos a votar por los candidatos al Poder Judicial del oficialismo, también que hasta legisladores guindas ya andan impulsado en campaña a sus candidatos. ¿Será esta ya una batalla perdida? De cualquier manera, mejor hay que votar por los que sean verdaderos juristas.
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