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Impactos y significados

La política comercial de Donald Trump durante su presidencia (2017-2021) marcó un cambio sustancial en la postura tradicional de Estados Unidos hacia el libre comercio. Bajo su lema de “America First”, Trump promovió una agenda proteccionista que buscaba reducir déficits comerciales, repatriar empleos industriales y renegociar tratados considerados desventajosos para su país. Uno de los ejemplos más emblemáticos de este enfoque fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que dio paso al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en vigor desde julio de 2020.

Este nuevo acuerdo tuvo importantes implicaciones para México y Canadá, no sólo en términos económicos, sino también en lo político y social. El análisis de estas políticas revela cómo la presión de Estados Unidos redefinió las reglas del comercio regional y puso en evidencia las asimetrías entre los países firmantes.

Las políticas comerciales de Donald Trump, materializadas en la renegociación del TLCAN y la firma del T-MEC, implicaron una reconfiguración del comercio en América del Norte. Para México, significaron una adaptación forzada que puede tener efectos ambivalentes: por un lado, mantiene el acceso al principal mercado del mundo; por otro, impone condiciones que desafían su modelo de desarrollo exportador. Para Canadá, los efectos fueron más moderados, pero igualmente reveladores del poder estadounidense en las relaciones trilaterales.

En definitiva, se debe considerar que el T-MEC no sólo es un tratado comercial, sino un reflejo de cómo la política y la geoeconomía condicionan la integración regional.

Las políticas comerciales implementadas por Donald Trump durante su segundo mandato presidencial en 2025 han generado un impacto significativo en las relaciones económicas de Estados Unidos con México y Canadá, especialmente en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Analicemos un poco las políticas impuestas y las implicaciones para ambos países.

En cuanto a la imposición de aranceles del 25% a productos de México y Canadá, en noviembre de 2024, Trump anunció su intención de imponer un arancel del 25% a todos los productos importados desde México y Canadá, argumentando la necesidad de controlar el flujo de drogas y migrantes hacia Estados Unidos. Esta medida, que entró en vigor en enero de 2025, ha afectado significativamente a las exportaciones mexicanas, especialmente en sectores como la cerveza y el tequila, cuyos principales mercados se encuentran en Estados Unidos.

Como parte de su enfoque proteccionista, Trump estableció el Servicio de Impuestos Externos (External Revenue Service) con el objetivo de recaudar aranceles e ingresos provenientes de fuentes extranjeras. Esta entidad busca asegurar que los países que se benefician del mercado estadounidense contribuyan de manera equitativa, según la visión de la administración Trump.

Con respecto a la renegociación del T-MEC, a pesar de haber sido una de las principales figuras en la creación del T-MEC, Trump ha expresado su intención de renegociar el acuerdo utilizando la cláusula de revisión de seis años incluida en el tratado. El presidente argumenta que es necesario abordar preocupaciones relacionadas con la industria automotriz y la competencia de vehículos eléctricos provenientes de China que se ensamblan en México y se exportan a Estados Unidos.

Las respuestas de los gobiernos mexicano y canadiense no se hicieron esperar, pues tal y como se esperaba, las medidas arancelarias y la intención de renegociar el T-MEC generaron tensiones con Canadá y México. En respuesta a los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos, Canadá implementó medidas similares sobre productos estadounidenses, incluyendo frutas, lo que ha afectado las preferencias de los consumidores canadienses y ha fortalecido las relaciones comerciales con la Unión Europea.

Nuestro país esperó el nuevo anuncio de Trump el pasado 2 de abril, pero como se ha mencionado en otra oportunidad, México mostró una respuesta en torno a fortalecer la economía nacional, aunque digamos que en ese anuncio del presidente estadounidense se respetaron todos los productos incluidos en el tratado trilateral, bajo condición -casi- de colaborar con el tema migrante y del fentanilo.

Las políticas comerciales de Trump han sido objeto de críticas por parte de economistas y expertos en comercio internacional. Se argumenta que estas medidas podrían debilitar la hegemonía económica de Estados Unidos, generar incertidumbre en los mercados y afectar negativamente las relaciones con aliados clave. Además, se señala que el proteccionismo podría incentivar la formación de nuevos bloques comerciales que excluyan a Estados Unidos.

En conclusión, las políticas comerciales adoptadas por Donald Trump en su segundo mandato han reconfigurado las dinámicas económicas en América del Norte, generando desafíos y oportunidades para México y Canadá. La imposición de aranceles, la creación de nuevas entidades fiscales y la intención de renegociar el T-MEC reflejan un enfoque proteccionista que busca priorizar los intereses económicos de Estados Unidos, pero que también plantea riesgos significativos para la estabilidad y cooperación regional.

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