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Aumenta desempleo

Oaxaca enfrenta una preocupante crisis laboral con la pérdida de miles de empleos en distintos sectores económicos. Factores como la inflación, la inseguridad, la falta de inversión y el impacto de desastres naturales han debilitado el mercado de trabajo en la entidad.

Según datos recientes, el estado ha registrado una disminución significativa en el número de empleos formales, especialmente en la industria manufacturera, el comercio y la construcción. Pequeñas y medianas empresas han sido las más afectadas, ya que muchas han tenido que cerrar debido a la falta de apoyo financiero y a la caída del consumo interno.

Uno de los sectores más golpeados es el turismo, que representa una parte fundamental de la economía de Oaxaca. A pesar de la riqueza cultural y natural del estado, la falta de promoción turística y problemas de infraestructura han reducido la llegada de visitantes, afectando a hoteles, restaurantes y servicios relacionados. Como resultado, miles de empleos han desaparecido, dejando a muchas familias en una situación de incertidumbre. El empleo informal sigue siendo la principal alternativa para muchos oaxaqueños, pero esta opción no ofrece estabilidad ni beneficios laborales. La mayoría de los trabajadores informales carecen de seguridad social, acceso a créditos y derechos laborales, lo que los hace más vulnerables ante crisis económicas.

Para revertir esta situación, es fundamental que el gobierno y el sector privado implementen estrategias efectivas para fomentar la inversión, mejorar la infraestructura y fortalecer la capacitación laboral. Sin medidas urgentes, la pérdida de empleos en Oaxaca podría agravarse, afectando el bienestar de miles de familias y frenando el desarrollo económico del estado.

 

Resurgen enfermedades

 

El resurgimiento de enfermedades que se creían erradicadas es un problema real que amenaza la salud global. La combinación de factores como la baja cobertura de vacunación, la resistencia a antibióticos y el cambio climático ha facilitado su regreso. Sin embargo, con políticas adecuadas y esfuerzos internacionales, es posible controlar y prevenir su propagación.

En los últimos años, diversas enfermedades que se creían erradicadas o bajo control han resurgido en varias partes del mundo. Este fenómeno preocupa a expertos en salud pública, pues indica fallas en la prevención, inmunización y control de enfermedades infecciosas.

Uno de los principales factores del resurgimiento de enfermedades es la reducción en la tasa de vacunación. Movimientos antivacunas y la falta de acceso a servicios de salud han contribuido a la reaparición de enfermedades como el sarampión, la poliomielitis y la difteria.

Muchas bacterias han desarrollado resistencia a los antibióticos debido al uso excesivo e inadecuado de estos medicamentos. Esto ha hecho que enfermedades como la tuberculosis sean más difíciles de tratar, aumentando su propagación y letalidad. La globalización y el cambio climático han modificado los patrones de propagación de enfermedades.

El dengue y la malaria, que antes se limitaban a regiones tropicales, han aparecido en lugares donde antes no existían debido al aumento de temperaturas y la proliferación de mosquitos. El desplazamiento de poblaciones debido a conflictos, desastres naturales o crisis económicas ha facilitado la propagación de enfermedades infecciosas. En muchos casos, los refugiados no tienen acceso a servicios médicos, lo que agrava la situación.

Ha regresado el sarampión, enfermedad viral altamente contagiosa que había sido eliminada en varios países, pero que ha resurgido debido a la disminución de la vacunación. La forma resistente a los antibióticos de esta enfermedad ha aumentado, dificultando su tratamiento.

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