Inspirada en la leyenda de la princesa Donají, Rosario Ramos Méndez participará en la edición 127 de la tradicional Noche de Rábanos. La originaria de Tlacolula de Matamoros incursionó en el certamen en la categoría infantil en el año 2019, cuando tenía 8 años de edad. Entonces, su habilidad la llevó a conseguir el primer lugar con la obra “Ángel de Belén”.
El logro lo repitió en 2023 con la pieza “La reina de Oaxaca, La Soledad”, cuando todavía pudo ser parte de la categoría en que muchos infantes se involucran en este emblemático concurso que nació por iniciativa de la sociedad civil en 1898 (como se señala en el acta de premiación que resguarda el Archivo Histórico Municipal) y con apoyo monetario de la autoridad de Oaxaca de Juárez para los premios.
Ahora, con 13 años de edad será parte de la categoría juvenil, que se creó el año pasado para tender un puente entre la población infantil y la adulta que año con año dan vida a las creaciones con rábanos, en recuerdo de aquel mercado previo a la Noche Buena que se instalaba en la Plaza de Armas de la ciudad de Oaxaca, ahora zócalo.
Rosario no sólo se ha adentrado en más tradiciones de su estado a través de este concurso y tradición declarados por el congreso como patrimonio cultural inmaterial de Oaxaca, ella es también integrante de la delegación de Chinas Oaxaqueñas de Casilda, que con sus bailes e indumentaria forman parte de las festividades religiosas y populares de la región Valles Centrales.
“Para saber qué iba a hacer, lo que hice fue investigar, leer libros acerca de la obra”, cuenta la adolescente, quien junto con su familia también acudió a la cosecha del pasado jueves en los terrenos del Bosque El Tequio. Rosario también ha realizado un prototipo como ensayo para la obra que presentará este lunes junto a los más de 100 participantes de las diversas categorías y modalidades, incluidos los concursos de figuras de flor inmortal y totomoxtle que se sumaron a esta tradición hace varios años.
Dar forma a la escena con los rábanos es un trabajo complejo, pero también de oportunidades, cuenta Rosario sobre los tubérculos que con formas caprichosas dan vuelo a la creatividad.
En su casa en Tlacolula ha procurado conservar lo mejor posible los rábanos conseguidos la mañana del jueves, pero esto también implica un reto. Además, porque ha tenido que seleccionar los tubérculos debido a que varios están huecos.
Sin embargo, su imaginación y habilidades le han permitido superar estos obstáculos, pues ser parte del concurso es muy importante. “Para mí representa mucho orgullo porque es parte de la cultura de Oaxaca. Es una experiencia muy bonita”, apunta.