Claudia Sheinbaum Pardo se convierte en la primera presidenta de México en 200 años de historia independiente, marcando un hito significativo en la política del país. En su ceremonia de toma de posesión, que se llevará a cabo el 1 de octubre de 2024, se espera que se aborden no solo los retos de su administración, sino también el lenguaje que se utilizará para referirse a su cargo.
LA DISCUSIÓN
La discusión sobre el uso de “presidenta” versus “presidente” ha tomado relevancia en el contexto de la llegada de Sheinbaum al poder. Aunque “presidente” ha sido tradicionalmente el término utilizado para referirse a quienes ocupan el cargo, la Real Academia Española (RAE) reconoce “presidenta” como un término válido y preferible cuando se refiere a mujeres en esa posición. Este reconocimiento responde a una evolución lingüística que busca reflejar la diversidad y equidad de género en el lenguaje.
La RAE señala que el uso de “presidenta” no solo es correcto, sino que además es la forma mayoritaria de referirse a mujeres que desempeñan este cargo, como lo demuestra la inclusión de este término en el Diccionario desde 1803. En este sentido, se sugiere que durante la administración de Sheinbaum se opte por “presidenta” para visibilizar y normalizar la presencia femenina en la política.
Durante su discurso de toma de posesión, se anticipa que Sheinbaum enfatizará su compromiso con la justicia social y la inclusión, lo que también puede reflejarse en la forma en que se comunica. El uso del término “presidenta” en su administración podría ser un paso hacia la normalización del lenguaje inclusivo en México, un país que aún enfrenta desafíos en términos de igualdad de género.
USO INCLUSIVO DEL LENGUAJE
La ceremonia de toma de posesión no solo marcará el inicio de su mandato, sino que también será un momento clave para establecer el tono de su gobierno. A medida que Claudia Sheinbaum asume la presidencia, el uso del lenguaje se convierte en un reflejo de la transformación social y política que se busca implementar.
En conclusión, la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia no solo representa un avance histórico para las mujeres en la política mexicana, sino que también plantea preguntas importantes sobre cómo el lenguaje puede ser una herramienta para promover la igualdad y la inclusión. Con su toma de posesión, el uso de “presidenta” podría ser un símbolo de un nuevo capítulo en la historia del país.
