La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) ha alertado sobre el próximo incremento en los precios de diversas botanas de la reconocida marca Sabritas en México, sumándose a la reciente subida de costos anunciada por Coca-Cola.
Esta medida, que afectará a ocho productos, plantea preocupaciones sobre su impacto en los bolsillos de los mexicanos, que han adoptado estas opciones como parte habitual de su dieta rápida.
El aumento de precios, implementado por la empresa de botanas perteneciente a PepsiCo, se llevará a cabo de manera escalonada en todo el territorio nacional. La relevancia de este ajuste radica en que las botanas forman parte integral de la dieta de una considerable porción de la población mexicana, consumiéndolas como snacks diarios.
La ANPEC ha proporcionado detalles específicos sobre los productos de Sabritas que sufrirán incrementos y los nuevos montos a los que ascenderán, revelando ajustes de uno, dos y hasta tres pesos en sus costos. Entre las presentaciones afectadas se encuentran tanto formatos tradicionales como especiales, abarcando combinaciones variadas de “papitas”. Algunos de los cambios más destacados incluyen:
- Rancheritos 58 g: de 14 a 16 pesos.
- Fritos 55 g: de 13 a 15 pesos.
- Paquetaxo 44 g: de 17 a 18 pesos.
- Sabritones 165 g: de 14 a 16 pesos.
- Bolzasa: de 22 a 25 pesos.
- Mixes 70 g: de 18 a 20 pesos.
- Comparte: de 35 a 38 pesos.
- Pa todos: de 79 a 82 pesos.
Este aumento se produce en un contexto en el que el gobierno federal ha emprendido una campaña para concientizar sobre los riesgos del consumo excesivo de productos “chatarra”. Los productos, incluidas las frituras, se han destacado por contener sustancias perjudiciales como grasa saturada y exceso de sodio, según análisis de la Profeco. A pesar de estas advertencias, el mercado de las botanas continúa prosperando, junto con la venta de bebidas endulzadas y una variedad de opciones en pan y galletas en tiendas locales y centros de autoservicio. El aumento en los precios plantea interrogantes sobre la relación entre la salud pública y las decisiones económicas en el sector alimentario.