Aunque el presidente municipal, Francisco Martínez Neri, ha reconocido que los traslados de residuos fuera del estado son a Veracruz (inicialmente al estado de Puebla) y que el costo de cada viaje es de al menos 55 mil pesos, además de que a la fecha se han gastado 80 millones de pesos por esta medida temporal, el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez clasificó como reservada la documentación relativa a la o las empresas transportistas, facturas y demás que sustentan estos envíos.
Lo anterior bajo el argumento de que tal información pone en riesgo la seguridad municipal y sus ingresos, además de generar un rechazo entre la población del municipio.
A través de respuestas a solicitudes de información hechas por la ciudadanía, el ayuntamiento ha señalado que tal información es reservada y se mantendrá así al menos hasta los primeros días de junio.
Este lunes se cumplen 7 meses desde que la capital carece de un relleno sanitario propio para el manejo de al menos 300 toneladas diarias de residuos que se recolectan en su territorio, luego de que el 8 de octubre colonos de la zona oriente de Zaachila ejercieron su derecho para clausurar definitivamente el basurero municipal de la ciudad.
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En estos meses, la autoridad que preside Francisco Martínez Neri ha tenido que recurrir a medidas parciales y temporales. Así como a la recolección separada como una medida permanente. Además de los traslados en camiones góndolas, una parte de los residuos (los orgánicos) se trabaja en composta para campos agrícolas, algo que también ha acarreado algunos problemas con otros municipios.
La compactación de desechos inorgánicos sigue siendo mínima ante la falta de una máquina de mayor capacidad para que estos terminen en una planta cementera y sean aprovechados en termo destrucción.
Los costos de la crisis ya afectan las finanzas municipales, reconoció Martínez Neri, quien ha solicitado apoyos extraordinarios a la Federación.
Hasta ahora, el proyecto de la planta tratadora que pretende realizar el gobierno estatal para atender la crisis sigue con rechazos de parte de diversos sectores de la sociedad.
Luego de que en semanas pasadas informó que la sede del denominado Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos (CIRRSU) será San Lorenzo Albarradas, la población de éste y otros municipios cercanos no se ha hecho esperar.
