El domingo pasado inició la caravana llamada Viacrucis Migrante, con la que más de tres mil indocumentados buscan llegar hasta la Ciudad de México, con el que buscan hacer conciencia de la situación que padecen; también protestan por el fallecimiento de 40 de sus compañeros tras un incendio registrado el 27 de marzo en las instalaciones del Instituto Nacional de Migración (INM) de Ciudad Juárez, Chihuahua.
En este viacrucis le pedimos al gobierno justicia para los asesinos, que dejen de esconder a los altos mandos; pedimos también que estas cárceles (estaciones migratorias) se terminen; así como la desaparición del INM”, aseguraron los migrantes.
En la caravana hay personas procedentes de Venezuela, Colombia, Haití, China, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, África y otros países, quienes esperan que con esta manifestación las autoridades mexicanas resuelvan el tema de justicia y la sociedad mexicana haga conciencia, sobre todo lo que padecen en su caminar.
En el caso de los municipios del Istmo de Tehuantepec, se puede observar un alto porcentaje de personas extranjeras en sus calles, en algunos casos como Juchitán, muchos de ellos se encuentran en las terminales de autobuses buscando continuar con su camino.
Otros en el crucero, limpian parabrisas, venden diversos artículos o simplemente solicitan ayuda económica para subsistir y seguir con su recorrido hacia el norte del país y cruzar a los Estado Unidos.
Cabe destacar que el flujo migratorio no se detiene, ya sea grupos chicos o grandes transitan por los diversos poblados de la región del Istmo de Tehuantepec.
Este éxodo de personas es siendo marcado por la violencia, crisis política o económica que se vive en sus lugares de origen, no solo de Centroamérica, sino de países asiáticos y europeos, pues hay migrantes rusos, chinos, africanos, haitianos, jamaiquinos, filipinos, además de cubanos, venezolanos, colombianos, guatemaltecos, hondureños, salvadoreños y nicaragüenses, entre otros.
