Pobreza: Desigualdad en ingreso, salud, alimentación y educación
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Pobreza: Desigualdad en ingreso, salud, alimentación y educación

 


En el discurso oficial, tanto a nivel local como federal es común escuchar hablar sobre los pobres y la pobreza, pero más allá de las palabras, ¿cuál es la realidad sobre el tema?

La ONU define la pobreza como la condición por la cual las necesidades básicas de las personas no están cubiertas. Estas pueden ser la alimentación, el agua potable, el acceso a instalaciones sanitarias, el Derecho a la Salud, la vivienda, la educación o la información, entre otras. De acuerdo al CONEVAL para medir la pobreza se requiere considerar indicadores como: ingreso corriente per cápita; rezago educativo promedio en el hogar; acceso a los servicios de salud; acceso a la seguridad social; calidad y espacios de la vivienda; acceso a los servicios básicos en la vivienda; acceso a la alimentación; grado de cohesión social.

El pasado viernes, El Imparcial El Mejor Diario de Oaxaca publicó el artículo de Sayra Cruz titulado “Oaxaca, el tercer peor ingreso salarial del país”, con datos de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, los cuales resulta muy interesante resaltar.

 “De acuerdo con el análisis de salarios de trabajos formales registrados en el IMSS a diciembre de 2022, los estados con mayor proporción de personas en esta condición (trabajo formal sin salario suficiente) son: Sinaloa con un 62%; Oaxaca, 61% y Durango, 59%”.

En Oaxaca, “136 mil 164 personas, aun cuando cuentan con un trabajo formal, no tienen el ingreso suficiente para superar el umbral de pobreza, pues no cubre el costo de 2 canastas básicas que a noviembre de 2022 se situó en 8 mil 467 pesos”. En materia de ingreso, Oaxaca tiene un importante problema que resolver.

Otro de los temas más sensibles para la gente es sin duda la salud. El actual gobierno federal prometió un servicio de salud como el de Dinamarca. Sin embargo, la realidad es otra. Nuestro sistema de salud se va asemejando más al de países atrasados de África que al de Dinamarca.

De acuerdo a Fundación Anesvad, la pobreza se origina y se perpetúa por la desigualdad en el acceso a los recursos y oportunidades, entre los que se encuentra el Derecho a la Salud. Allá donde las comunidades no pueden acceder a servicios sanitarios básicos, la posibilidad de transmitir enfermedades infecciosas aumenta y, en consecuencia, esto afecta a todos los aspectos de sus vidas. Este círculo de la pobreza impide que las personas puedan alimentarse bien, formarse, ganarse la vida y labrarse un futuro.

Durante la semana, El Poder del Consumidor, que es una asociación civil sin fines de lucro dio a conocer datos relevantes sobre la desigualdad y la salud, alimentación y educación.

La población de menores ingresos, principalmente personas indígenas y mujeres, son los más vulnerables a padecer enfermedades crónicas. La alta incidencia de enfermedades crónicas en México se ha convertido en uno de los mayores retos para el sistema de salud.

“El nivel educativo y socioeconómico, el origen indígena y los altos números de muerte por enfermedades crónicas. Los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero son las circunscripciones en las que se encontró una relación más estrecha entre las condiciones de vulnerabilidad y la presencia de enfermedades crónicas”.

 “La región sur del país, en especial las zonas rurales con mayor población indígena, presentan una mayor prevalencia de síndrome metabólico (58%) en comparación con la cifra nacional (56%). Asimismo, los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero mostraron mayor vulnerabilidad ante la presencia de enfermedades crónicas”.

“Cerca del 54% de la población mexicana tiene un nivel de escolaridad básico o menor y el 56% se ubica en niveles socioeconómicos bajos y muy bajos”.

“Cerca del 55% de la población mexicana tiene algún tipo de inseguridad alimentaria. Esta es mucho más severa entre quienes tienen menor nivel educativo e índice de bienestar. Este último nivel de inseguridad se ha asociado con sobrepeso y obesidad.

La prevalencia de diabetes y de enfermedad renal es mayor entre las mujeres, 53% y 20.8%, respectivamente, que entre hombres (47% y 8.5%). Sin embargo, se ha identificado que los hombres con diabetes mueren a una edad más temprana.

La desigualdad en ingreso, salud, alimentación y educación son temas prioritarios que atender, si de verdad se está del lado de los pobres, y si de verdad se busca combatir la pobreza más allá del discurso.

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