Jeremías Gamboa, un animal de su propio habitad
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Jeremías Gamboa, un animal de su propio habitad

El escritor peruano estuvo en la Ciudad de México promocionando su nueva novela Animales Luminosos


Jeremías Gamboa, un animal de su propio habitad | El Imparcial de Oaxaca
Jeremías Gambo su vida en Lima se mueve en tres polos: San Luis, Miraflores y Barranco

En una de las oficinas de Penguin Random House me encuentro con el escritor peruano Jeremías Gamboa (Lima, 1975) quien estuvo en la Ciudad de México promocionando su nueva novela Animales Luminosos. Al entrar, lo veo sentado en un sillón naranja; bebe café mientras escribe algo en su laptop. De inmediato le digo “creo que es el primer escritor peruano que conozco, que vende muchos libros y vive en el Perú”, comienza a reírse, menciona a otros colegas, hasta que recuerda que ellos se han mudado a España y dice entre risa “bueno, podría ser”.

Su vida en Lima se mueve en tres polos: San Luis, barrio de su infancia, Miraflores, donde vive con su pareja y sus dos hijos, y Barranco, donde tiene un espacio para escribir y dar clases. “No hay mucho más movimiento y creo que a cierta edad es mejor dedicarse más al trabajo creativo”, se excusa el escritor, que viste ese medio día de pantalón negro, camisa azul, calcetines de rayas azul celeste y zapatos de gamuza color gris:

 

“América Latina tiene un derrotero como de serie de Netflix”

Toda persona que viaja al extranjero sabe que tarde o temprano terminarán preguntándole por la situación de su país, con Jeremías Gamboa no fue la excepción, no llevamos ni cinco minutos de entrevista cuando le pregunto sobre el Perú; “en la ciudad hay un crecimiento enorme, puff mucha improvisación y desborde” me dice.

Además, agrega: “es un país más abierto que antes, pero en los últimos años ha comenzado a tener fuerzas refractarias conservadoras que parecían superadas, creo que es una tendencia ahora del mundo, pero si tú me hubieras dicho esa pregunta hace tres años mi visión hubiera sido más optimista y quizá hasta ciega, porque mi área de observación es Lima y el país es mucho más grande”.

-Perú es un país que siempre se ha devaneado en varios polos, ¿no?

Sí – dice, mientras toca su barbilla – todos los países de América Latina tienen un derrotero como de serie de Netflix, ¡es más, Netflix se queda corto!

 

Al calor de la juerga 

“Yo nunca tuve una noche así, pero pude haberla tenido. Habría temido y me hubiera gustado tenerla” dice Gamboa al hablar de la trama de Animales luminosos (2022) su nueva novela, que mezcla la juerga y el romance universitario con elementos políticos.

En esta suerte de cartografía del género, los personajes del libro se sitúan en un espacio de tránsito, donde un compadecer de circunstancias los lleva a intercambiar reflexiones que tienen que ver con la historia, literatura y conflictos de sus países de origen. El escenario es el campus de Denver, Colorado; Facebook está empezando, Obama acaba de aparecer en el escenario estadounidense y estos jóvenes de la novela se divierten, conversan, ligan y piensan en sus posibilidades vitales. “Casi un canto de cisne de la noche presencial” dice Gamboa.

-Parece que las conversaciones más profundas se dan al calor de la fiesta ¿no?

La noche salvaje llena de hormonas y de pulsiones está siempre relacionada con los discursos y las imágenes. Las novelas son juegos limitados por ciertos juguetes y cuándo te das cuenta cuáles son tus juguetes, los haces jugar lo que te pueden dar de juego.

-Pues yo creo que has sabido jugar (risas).

 

Un animal de su propio habitad 

-¿Crees que sea inevitable que un escritor ponga retazos suyos en su literatura?

No hay nada inevitable, pero sí creo que es inevitable que ponga la piel, el latido y su temperamento, y eso es absolutamente autobiográfico en cierto sentido. Yo soy un escritor sin mucha imaginación, cada quien escribe con las herramientas que tiene y las mías no son de una imaginación muy poderosa, tampoco un gran lenguaje. Pero sí trabajo con una imaginación conjetural, es decir pongo un lado mío en una exposición en la que quizá no estuve, modifico cosas y veo qué ocurre.

-Me decías que antes te sentías animal de otro habitad ¿Ahora en el presente Jeremías Gamboa se siente animal del habitad que está viviendo?

[Se queda cayado, sonríe y luego tose nervioso -finalmente responde-] “un escritor siempre se siente un poquito fuera de lugar, el día que seas un animal de habitad perfecto y te instales, tengo la sospecha de que ya no necesitas escribir. Pero sí, siento que soy el animal del habitad de mi familia, creo que sí hay una manada que es mía: la madre de mis hijos, mi hija de crianza, mi hijo biológico y mis padres, esa pequeña patria donde me siento como pez en el agua, igual que en la literatura”.

 

“Soy un admirador absoluto de Susana Baca”

-Ahora quiero que hablemos de un personaje peruano que vive en Chorrillos y en Cañete, al cual tú conoces muy bien, Susana Baca…

La conozco, no sé si muy bien, soy un admirador absoluto de su música, de ella (sonríe complacido), qué quieres que te cuente…

-¿Cuál fue la primera canción que le oíste?

Yo la descubro a los veinte algo y me matan dos temas de ella “Molino molero” que es el segundo tema del álbum que saca con David Byrne; y no entiendo por qué me encanta, solamente me vuelve loco ese movimiento de caja, el violín, las voces, ella que es como una voz materna con un rito y una cadencia que me atraviesa. Y “De los amores” una composición de Lazo que ella interpreta con una sutileza fulminante.

 

Su bisabuela, una mujer afroperuana

Por los resquemores raciales del Perú, Jeremías Gambo no supo sino hasta hace poco que su bisabuela fue una mujer afroperuana, un día su madre de pronto se la describió, “delgadita, chiquita y que hablaba quechua”. Supo que su bisabuelo, originario de Ayacucho, había bajado a las plantaciones de algodón de Ica, donde conoció a esa mujer afroperuana y se enamoraron. “El indígena andino y la negra” repite conmocionado, ese día él entendió porqué lo mata tanto la música de Baca.

“Es muy poderosa la imagen de Susana, lo que hace es dignificar con su música antropológica; y luego tienes la historia, la segregación, la resiliencia, la fe en la universidad, ella está tocada por Chabuca Granda, la Cantuta y la educación que la convirtió en la persona que es. Todo un personaje que me emociona mucho”.


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