En completo abandono se encuentran las playas de Salina Cruz ante la falta de un programa gubernamental que apoye al sector turístico y permita seguir manteniendo la industria.
Las administraciones van y vienen, mientras que la agencia de Bahía La Ventosa permanece en el abandono, y peor aún, los prestadores de servicios sufren los embates de la naturaleza que termina por destruir el patrimonio de quienes se dedican a esta noble actividad.
Salvador Mendoza, prestador de servicios, admitió que tanto él como sus compañeros no cuentan con apoyos gubernamentales, o por lo menos no hay equidad, situación que los deja en estado de indefensión.
Ya son varias palapas y restaurantes destruidos por las olas del mar”, dijo.

Agregó que en más de una década, siete negocios dedicados a la venta de diversos platillos y ostiones han sido destruidos por el fuerte oleaje y la crecida de la marejada, lo cual termina por quitarle el patrimonio a las familias que con sacrificio han construido.
Trascendió que los propietarios de los restaurantes han tenido que comprar rocas y otros materiales para proteger sus negocios, a fin de evitar los dañados por la naturaleza, pero no es suficiente.