El pueblo de los hongos:  un tesoro escondido
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El pueblo de los hongos:  un tesoro escondido

Yucuiji San Esteban Atatlahuca está enclavado en la montaña y tiene una gran variedad de hongos comestibles y bellos atractivos naturales


El pueblo de los hongos:   un tesoro escondido | El Imparcial de Oaxaca

Fotos: Omar Maya/ Osvaldo Sandoval 

Un lugar que es muy interesante conocer por tener una gran variedad de hongos comestibles y por sus bellos atractivos naturales, está enclavado en la montaña, en una comunidad que pertenece al municipio de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco y es: Yucuiji San Esteban Atatlahuca. 

En este lugar existen una gran diversidad de hongos que se producen de forma natural, sin embargo, solo algunos son comestibles. Hay muchos más hongos que se desconoce su uso darle y es necesario acercarse a expertos para conocer su mejor aprovechamiento. 

Dentro de los hongos que se pueden encontrar aquí están: Lyophyllum Jíi xe’e ñuu-hongo (de manteca de tierra), hongo azul u hongo pájaro, jiipan, (hongo de pan), ji’i ndikañuu (hongo de cuaresma), entre muchos más. 

Este pueblo encantador de Tlaxiaco ha permanecido con muy escasa difusión, pero tiene muchos elementos para llamar la atención de los visitantes por su turismo ecológico, cultural y gastronómico, entre otros. En este lugar se realiza un festival muy sui-géneris de los hongos, en donde participan especialistas se dando conferencias magistrales.

¿Cómo llegar?

Desde el centro de la ciudad de Oaxaca, salen taxis colectivos en la calle Valerio Trujano No. 505, que llevan a los turistas hasta este maravilloso pueblo por una tarifa fija.

Si el objetivo es disfrutar por lo menos una noche en el lugar, hay que preguntar por Oswaldo Sandoval, quien además de guía local de turistas, también brinda hospedaje y alimentos, actualmente es la única persona en la comunidad, que ofrece estos servicios. 

La mayor parte de las personas se dedican al campo, a la siembra de maíz, frijol, calabazas, verduras, maguey pulquero y otras frutas y hortalizas. 

Algunas de las ocupaciones más recurrentes de los habitantes de esta comunidad son: 

  • Producción de pulque. 
  • Aprovechamiento forestal, como la extracción de los recursos maderables y no maderables. 
  • De los recursos maderables realizan manufactura de diferentes tipos de muebles. 

Para quienes visiten este lugar, durante todo el año encontrarán hongos comestibles, pero en el verano es cuando se cultivan los hongos comestibles frescos y silvestres, el resto del año se encuentran hongos deshidratados y en conserva. 

Los habitantes del lugar disfrutan de vivir en medio de la naturaleza, contando con la comodidad de los principales servicios, como son: luz, teléfono e internet. Así como una estación de radio comunitaria, además de sus encantadoras montañas, noches con el cielo obscuro repleto de estrellas, ríos en donde pueden bañarse con el agua cristalina, los cantos de pájaros de día y de noche, privilegios que comparten con los visitantes.

Las artesanías del lugar se elaboran con yuja (acícula de pino), por ahora hay dos jóvenes Gil Bautista y su primo Uriel Velasco, que realizan piezas únicas en tallados de madera, con formas de animales, o de rostros de personajes. Las mujeres principalmente son expertas en los textiles tejidos, con la técnica de telar de cintura y utilizan como materia prima la lana de borrego para realizar rebozos y cobijas.

Los platillos tradicionales van desde la barbacoa, el mole, el pozole de olla, tamales, quelites y el pan tradicional que es cocido en horno de leña. 

Un gran artista mixteco

Oscar, hijo de padres mixtecos, nació en la Ciudad de México el 21 de julio de 1983, pero por sus venas corre la sangre mixteca y se siente absolutamente oaxaqueño. 

El artista Osar con mucha claridad recuerda un taller de dibujos donde a los once años realizó sus primeros trazos y sintió una fuerza sanadora muy fuerte, por lo que en ese momento se identificó plenamente con el arte.

En los últimos años de su preparación preparatoria, cuando estaba a punto de iniciar la carrera de medicina, él descubrió un libro con ilustraciones anatómicas de Leonardo Da’Vinci y Miguel Angel, fue algo que lo estremeció, “ese conocimiento convertido en grafismos y en efectos de luces y colores, me hicieron saber interiormente, que mi alma querría que tomara el rumbo del arte, por lo que aquél momento, cambió el sentido de mi vida…”. 

Uno de sus primeros logros fue como coordinador del colectivo Axolotl, cuando realizó el mural conmemorativo de los quince años del centro cultural España, emblemático espacio del Centro Histórico de la Ciudad de México, famoso por estar ubicado en el lugar donde se localiza el antiguo Calmecac de Tenochtitlan.

También ha representado a México y a Oaxaca en festivales y residencias artísticas de otras latitudes. He tenido la oportunidad de pintar en países como: Perú, España, Francia, Italia, Alemania, Austria y República Checa. 

“Mis obras y en especial los murales están construidos de evocaciones ya sea de los recuerdos de mi infancia, los paisajes vividos, los elementos culturales, de las culturas originarias de México, en especial aquellos concernientes a la mixteca y a las culturas oaxaqueñas y claro, aquellos sentimientos que nacen de la vida diaria”. 

“Yo quisiera que mi obra fuera una semilla del orgullo de ser oaxaqueño, de reconocer esa cultura y ese misticismo que nos hace únicos en el mundo”.