En 2017, el escritor alemán Marc-Uwe Kling publicó la que es hasta ahora su novela más exitosa y que en más idiomas se ha traducido: QualityLand un relato distópico al que nos encamina nuestra realidad contemporánea, es esta una crítica y a la vez un relato vivo en el que nada nos parecerá ajeno, esta historia ha sido tan reclamada por los lectores que incluso HBO ya prepara una serie sobre sus páginas.
Cuando llegó a mis manos y leí en la contraportada los inventos y avances tecnológico que posee esta “la más especial ciudad” ficticia, no pude evitar pensar en los grandes libros, pioneros de la ciencia ficción en el pasado; por alguna razón pensé en los libros de Verne, en cómo había imaginado los submarinos antes de que estos existieran; también pensé en películas más cercanas como Volver al Futuro y aquellos inventos que nos presentó y con los que tanto soñaron las generaciones que vivieron el esplendor de imaginar la modernidad y el futuro.
QualityLand es una ciudad imaginada por Kling que parece no estar muy lejana de la ficción, inclusive pudiera parecer una advertencia, ya que se funda debido a que sus habitantes estaban pasando por una fuerte crisis económica, la tercera en su siglo, su nombre de nación ya estaba muy gastado al igual que sus símbolos patrióticos y los apellidos de sus habitantes, por lo que era necesario para poder continuar, crear un nuevo nombre, nuevos héroes, una nueva manera de contar su historia…así nació QualityLand donde los recién nacidos llevan el apellido del empleo de sus padres cuando fueron concebidos, las relaciones, el trabajo y la diversión funcionan por medio de algoritmos, tus compras te llegan antes de que sepas que las necesitas a través de TheShop y todas las decisiones las puedes tomar únicamente diciendo Ok o usando tu QualityPad.
Hasta que uno de sus ciudadanos, de aquellos que han quedado al margen de los “ciudadanos funcionales” comienza hacerse diversas preguntas, cómo ¿Por qué las máquinas se están humanizando pero las personas actúan como robots?…
Esta historia está cargada de ironía, definitivamente es de aventuras y es narrada por una androide llamada Calíope 7.3, cuyo sueño frustrado era ser una e-poeta, hasta que se encuentra con Peter Sinempleo el ciudadano que parece despertar del algoritmo de la rutina y le da la idea a la androide de no escribir ni del pasado, ni del futuro, sino de su presente.
Es sin duda una novela arriesgada y divertida, que ha cuidado cada detalle de su composición, desde la primera página, los créditos del autor, el epílogo, los agradecimientos, todo lo maneja en el lenguaje de la historia, como si al tener en tus manos el libro ya fueras parte de QualityLand, antes de comenzar la primera página y sumergirte en la historia, que te deja pensando ¿será que el consumismo con el que nos hemos comprometido, nos lleve allí?