“Felicidades a todas las madres de las familias de la Cruz Campa”
Todas las culturas del mundo, han reconocido en la mujer a un ser extraordinario. Hoy 10 de mayo, Día de las Madres, haré algunas reflexiones sobre esa presencia humana, llena de virtudes y tan llena de amor que siempre, más que ninguna otra entidad humana está dispuesta a perdonar y a entregarlo todo sin pedir nada. De El Gran Libro de los Lamas, tomé el siguiente texto, que resultará para las nuevas generaciones un tanto pasado de moda, pero que nos hace reflexionar sobre las mujeres y consecuentemente sobre las madres.
“¡Miradla!, aparece caminando con la serenidad de una diosa; con la inocencia en su mente. No vaga sin objeto, ni está ociosa. Se viste con limpieza, se alimenta con templanza, la humildad y la dulzura le forma gloriosa aureola. Su lenguaje es como una música, miel brota de sus labios. La decencia se muestra en todos sus conceptos; la verdad y la suavidad en todas sus palabras. Sumisa y obediente da lecciones de paz y felicidad con su ejemplo…
“Envuelta en su manto de virtud, el vulgar enmudece en su presencia. Ella no murmura del escándalo o mala fama de su vecino. Su pecho es la mansión de la bondad y por eso no supone el mal en los demás. Dichoso el hombre que haga de ella su esposa. Ventura del hijo que pueda llamarla madre. Reina del hogar, allí impera la paz: mandando con discreción es siempre obedecida. Se levanta con la luz del sol y el cuidado de su familia es su afán y delicia…
“Impone la Sobriedad sin Avaricia. Administra con prudencia los bienes que le confía el esposo. Forma las inteligencias de sus hijos dentro de los preceptos de la sabiduría divina. Y amolda sus costumbres y maneras con el ejemplo de su virtud; por eso, la palabra de su boca es ley para su prole; su simple mirada impone obediencia. Con la ley del amor y el centro de la virtud reina en su hogar”.
Los estudiosos de la literatura Tibetana, calculan que este texto se escribió por lo menos hace cuatro mil años, y resulta impresionante que no ha perdido vigencia a pesar del tiempo y de las diferencias culturales que hay entre los tibetanos y el resto de la humanidad. La mujer y la madre han sido centro de atención en las artes, la literatura, la filosofía, la religión y aún la ciencia y la historia.
En lo personal he observado algunos dones de ese extraordinario ser. Me impresiona sobre manera la abnegación de las madres respecto al ser amado que sufre. Por ejemplo, junto al lecho del hijo enfermo sus manitas bendicen, apoyan, consuelan, sanan y acarician. Su palabra despliega su magia para mitigar el dolor e inspirar confianza en el retorno de la salud. Creo que ninguna oración llega tan alto como la que pronuncian los labios y el corazón de una madre junto al hijo en desgracia.
He visto a las madres, en la reja del hijo prisionero. En ese momento, aunque las leyes humanas condenen al hijo encarcelado para ella es inocente, o por lo menos, merece una oportunidad para demostrar sus bondades en sociedad. He visto a las madres deshacerse de todos sus bienes producto de años y años de trabajo y sacrificio, para pagar los mejores abogados que luchen por la libertad del hijo que infringió la ley.
En ese dramático trance de su vida, para la madre lo material aunque sea mucho nada vale. Para ella el fin justifica los medios y no le importa deshacerse de todo y quedarse en la calle, con tal de ver a su hijo en libertad.
Por eso y mucho mas que por falta de espacio escribo, siento que ningunos otros seres son tan dignos depositarios de los más elevados valores humanos que las madres. Me siento junto con mis hermanos: Miguel, Luis, Artemio, Casimiro, Inés, Lucy y Lorena. Muy afortunado de tener la enorme dicha de que nuestra madre “María Guadalupe” viva. Agranda mi dicha saber que tengo una esposa “Macrina” que también es madre y dos hermanas “Lucy y Lorena” que lo son al mismo tiempo.
Tengo razones de sobra para creer que todas las mujeres, merecen nuestro mayor respeto, porque si ahora no son madres, un día lo serán y tendrán el mismo mágico poder de hacer mejor al mundo en todos los aspectos. Felicidades a todas. Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!
Es mi opinión. Y nada más…
[email protected]