En lo que va del año, la Fiscalía General de Oaxaca ha registrado al menos 32 denuncias por extorsión, pero la mayoría de los casos no son denunciados por las víctimas.
De acuerdo a las autoridades de procuración de justicia, un gran número de extorsiones son vía telefónica, donde los delincuentes utilizan la intimidación y el chantaje para obtener cuantiosas sumas de dinero, que van de los 5 mil hasta 20 o 50 mil pesos.
Al considerar que en periodo vacacional suelen incrementarse las extorsiones telefónicas, las autoridades exhortaron a la población a tomar medidas de precaución.
Entre las principales modalidades de extorsión telefónica se encuentran las supuestas detenciones de familiares, juegos de fortuna, boletos para rifa o grupos delictivos que piden el depósito de dinero a cambio de no hacerle daño a la persona o la familia.
Aunque algunas se realizan sin amenazas, otras llamadas buscan atemorizar a quienes contestan, sobre todo al señalar que están vigilados y cuentan con información personal de los hijos, padres o hermanos.
En los últimos años, las nuevas modalidades de extorsión buscan intimidar a las víctimas al señalar que están vigilados por algún grupo delictivo, que les piden dirigirse a un hotel sin avisar a nadie. Ahí los mantienen incomunicados bajo amenazas, mientras amenazan a otro familiar para exigirle 10 mil pesos o más, con la creencia de un secuestro.
La particularidad de esta acción, señalan las autoridades, es que en ningún momento la víctima es sujetada o amagada por persona alguna, sino que de manera voluntaria cumple las instrucciones de quien le llama por teléfono.
Otra forma de extorsión es con el método de una niña llorando. En ésta suena el teléfono y al levantar el auricular se escucha a una niña llorando que dice estar secuestrada.
Quien recibe la llamada piensa que verdaderamente su hija fue secuestrada; inmediatamente le dicen que para que no corra peligro el interesado deberá depositar de cinco a cien mil pesos a una cuenta bancaria.
Así también, por medio de las redes sociales, se envían mensajes presentándose como un grupo delictivo, señalan que es necesario que reciban una llamada o bien que sigan las instrucciones dadas en los mensajes, con el fin de que no les hagan daño. Siempre buscan dinero como respuesta.
Otra es con supuestos agentes policiales, manifestando que del número de la víctima alguien ha hecho un reporte o denuncia, por lo que piden algunos datos de las personas que viven en ese domicilio. Posteriormente, con los datos confidenciales de las personas, se identifican como un grupo de la delincuencia organizada.
