Tras los rumores generados por el presunto desbordamiento de la Presa de Jales de la Minera Cuzcatlán, habitantes, trabajadores de la empresa y funcionarios de instituciones ambientales constataron que este almacenamiento opera en óptimas condiciones.
Al realizar un recorrido por el vaso de la presa, se pudo observar que efectivamente el agua se encuentra por debajo de su nivel crítico y no existen evidencias de un derrame.
En entrevista, trabajadores de la empresa informaron que después de las lluvias registradas en el valle de Ocotlán, esta presa, con una capacidad aproximada de 2 millones trescientos mil metros cúbicos de almacenamiento, actualmente se ubica en un 85 por ciento de su capacidad, por lo que no existe riesgo de un desbordamiento.
“La operación cuenta con un depósito de jales secos, por ello el 100 por ciento de la producción de jales se almacena en este sitio o se usa de relleno en la mina, por lo que no se vierte en la presa de jales. La presa únicamente se utiliza para almacenamiento y recirculación del agua del proceso”, expuso uno de los trabajadores que emplea la minera.
Lorenzo López López, agricultor de la zona y colaborador de la empresa minera, dijo que en caso de que la presa llegue a su máximo nivel, primero tendría que pasar por un canal que conecta a una poza de apoyo que la empresa construyó para cualquier emergencia.
Según datos de especialistas, la naturaleza de los jales que se desprende del proceso minero en San José del Progreso, “no tienen contenido de metales pesados, ni sulfuros, no es generador de ácidos, por lo que este jale es un material no dañino para el medio ambiente”.
Este jueves se pudo observar que el agua que se almacena en la presa es mayoritariamente de lluvias y agua que la empresa utiliza, ya que se observan tuberías que confluyen en el vaso de la presa y no hay evidencias de descarga en un área de escurrimiento.
La presa no presenta daños y aparentemente está funcionado de manera normal, incluso existe fauna y flora que se reproduce en el vaso de la presa, demostrando que los jales que se depositan es un material que no contienen químicos contaminantes dañinos para la vida.
