Por la austeridad
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Opinión

Mis dos centavos

Por la austeridad

 


Este martes iniciaron las discusiones sobre la reforma electoral en la sede de la Cámara de Diputados a nivel federal, donde la postura principal de los promotores de dicha iniciativa ha sido la desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) por considerarlas un gasto innecesario para la organización de las elecciones tanto en las entidades federativas como a nivel nacional.
Se discutió la iniciativa presentada por el diputado Sergio Carlos Gutiérrez Luna, quien basa su iniciativa en el presupuesto elevado que los OPLES tuvieron en el 2018 y 2019, por ejemplo, en el caso de Oaxaca, durante el Proceso Electoral Ordinario, el pago a prerrogativas a partidos políticos representó más del 60% del presupuesto.
Para el presente año, del total aprobado por la cámara de diputados local para el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca, el 75% será destinado para los partidos políticos y el 25% restante para el órgano electoral.
Si hacemos este ejercicio en cada entidad federativa, encontraremos porcentajes similares, pues la asignación presupuestal a los partidos políticos no es —por más que se busque presentar así— culpa de los organismos electorales, pues sólo hacen lo que la ley los obliga.
Una ley que durante el debate por el presupuesto de egresos de la federación es criticada por especialistas, continúa incrementándose año con año, sin modificación alguna al artículo 41 de la Constitución y a la Ley General de Partidos Políticos.
Supongo que luego de tantas críticas, Tatiana Clouthier y Mario Delgado, también del partido Morena, presentaron una iniciativa similar a la de su correligionario Gutiérrez Luna, que plantea reducir en un 50% el presupuesto asignado a los partidos políticos.
Para los morenistas, reducir el presupuesto a los partidos era necesario, pues no existe una justificación para el aumento constante del presupuesto, además que, para fortalecer la democracia, los partidos deben depender menos del dinero y más de la militancia.
Sin embargo es importante dejar sobre la mesa que luego de los resultados electorales de la elección presidencial, el reducir el presupuesto en un 50% a un partido como Morena, no le afecta sustancialmente pues recibirá un presupuesto superior a los otros partidos políticos.
Como ejercicio, este año Morena tiene asignado un presupuesto a nivel nacional de 979 millones 113 mil 415 pesos, mientras que el Partido de la Revolución Democrática recibirá 389 millones 503 mil, suponiendo que se les redujera a la mitad, el primero tendría un presupuesto cercano a los 500 millones mientras que el otro no alcanzaría ni los 200.
En teoría y mediáticamente el reducir el gasto a los partidos políticos resulta llamativo, sin embargo no ha terminado de cuajar en las discusiones parlamentarias, pues basta recordar el intento del ex legislador local por el estado de Jalisco, Pedro Kumamoto, que logró llevar su iniciativa a San Lázaro, pero fue frenado.
En este sentido, si se revisa bien la iniciativa, el señalamiento de los gastos onerosos que representan —en la visión del diputado Gutiérrez Luna— los OPLES en el país, se debe al gasto que significan los partidos políticos y sus prerrogativas.
Es decir, para que la austeridad funcione, ¿por qué no iniciamos con los partidos políticos? pues más allá de señalar que el modelo electoral no funciona en el país, es mejor revisar cómo, por qué y qué se puede hacer para darle a los partidos políticos un presupuesto que vaya con la realidad de cada entidad.
Sí, hay muchos temas que perfeccionar y en los cuales los órganos administrativos deben trabajar, pero para beneficio del país, las caretas en la discusión de la reforma electoral deben caerse y hablar con la verdad, es lo que se exige y quiero pensar que es por ello por lo que votaron 30 millones de mexicanos.