A propósito de independencia

La verdadera independencia y soberanía de los mexicanos, no son las fuerzas armadas ni los partidos políticos, tampoco está en los tres poderes del estado; la verdadera libertad de los mexicanos vive en las raíces de la diversidad de etnias y de culturas.
Por eso, y para mí, lo más trascendente de El Grito de independencia, es el festival cultural, donde los 32 estados de la república presentaron la grandeza de sus tradiciones, su exquisita belleza, su expresión artística, su voz poética y su lugar en la historia ancestral y contemporánea.
Ese conjunto cultural, es la síntesis de nuestros valores nacionales, que de la manera más amplia y franca nos hablan de la riqueza de cada estado, de cada región y de cada pueblo nuestro.
No necesitamos un doctorado en el tema, para apreciar y asombrarnos con las bellezas de nuestras costumbres elevadas a los planos poético y artístico.
Asimismo, las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos nos unifican y nos identifican ante la mirada cada día más rigorosa de otras naciones. Y para satisfacción de todos, el extranjero en muchos casos, nos admiran y nos conocen mejor que nosotros mismos.
Además, esa riqueza de nuestros pueblos, se hace más trascendente si agregamos la aportación en: medicina tradicional, conservación del medio ambiente, lenguas y dialectos, cultivos agrícolas y organización social y política, como son los municipios administrados por el régimen de usos y costumbres.
Debo subrayar que las culturas de los 32 estados, no fueron al festival para competir las unas contra otras. No podemos saber cual es mejor. Todas son excelentes…

Pueblos y culturas
originaras
Solo integrando al desarrollo nacional a los pueblos y a las culturas originarias, podremos concebir y construir la verdadera independencia de México. Eso no lo entienden los fifís, que en su cerrazón se agotan en su derrota moral que los deja sin posibilidades de regresar a sus privilegios de otros tiempos.
Los mexicanos sin vocación de esclavos, sabemos que la CT de México, luchan para consolidar la Segunda Independencia Nacional, integrando con sentido humanista a todos los grupos étnicos originarios, que enriquecen nuestra sociedad con su acervo cultural apreciado en el mundo.
Los mexicanos libres sabemos, que las maestras y maestros hacen el verdadero cambio social para el bienestar nacional. También sabemos que los profesores todos, son los artesanos que entretejen el gran tapiz de los pueblos ancestrales, de donde nacerá una nueva cultura libertaria.
Esa segunda independencia cultural de México, tiene el poder de ganar batallas sin armas ni violencia. La batalla se gana, integrando las riquezas de nuestras lenguas y dialectos que se escuchan en más de 400 voces.
Al integrar a nuestros ancestros en una sola nación, rescataremos la producción del campo, lo que nos dará independencia alimenticia básica, que es la mayor independencia que los pueblos del mundo han conocido.
Mi origen familiar campirano, me dio la oportunidad de conocer la importancia del trabajo que los maestros hacen en el campo. Cultivan la parcela escolar, son consejeros familiares, auxiliares en salud, abogados, gestores en bien de la comunidad y otras labores sociales. Todo por el mismo sueldo que les debe alcanzar para transporte y otros gastos no previstos.
MI OPINION: Excelente síntesis de una justa lucha social, escrita con gis y suficiente materia gris. Esa lección libertaria, toma mayor relevancia cuando el pueblo de México decide ponerle tacha (x) a la fallida reforma neoliberal reaccionaria, para asegurar con nuevas leyes, los derechos de las maestras y maestros de México que tanto aportan a la sociedad.
En las maestras y los maestros, el pueblo deposita la noble tarea de enseñar a leer y a escribir a los mexicanos. No hay acción más noble y solidaria que enseñar las primeras letras a nuestros semejantes.
Cuando sabemos leer y escribir, podemos acceder al conocimiento universal hasta donde nuestra voluntad y nuestra conciencia lo permiten. Sea nuestro reconocimiento para los maestros libertarios. Esto es importante. Y ¡Hay que decirlo!
“Nunca subestimen el poder de la palabra escrita”

Es mi opinión. Y nada más…
[email protected]