Solidaridad con damnificados
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Opinión

Editorial

Solidaridad con damnificados

 


Estamos convencidos de que por sí mismo, el gobierno de Alejandro Murat no podrá solventar las apremiantes necesidades de miles de oaxaqueños que han resultado damnificados con los efectos devastadores de “Beatriz” y sobre la misma huella, de “Calvin”. Hay decenas de comunidades en donde aún la ayuda gubernamental no se aparecía, cuando sobre las afectaciones de la primera tormenta tropical se volcó la segunda.

El gobierno federal declaró zona de emergencia en 127 municipios oaxaqueños, aun así y los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), fluyeran con oportunidad, la reparación de los daños no será tarea fácil. Por ello, las diversas dependencias deben realizar una tarea adicional.

Por ejemplo, la Secretaría de Cultura y Artes (Seculta) llevó a cabo hace unos días un festival de música y gastronomía para recaudar fondo que permitan apoyar a los oaxaqueños que perdieron viviendas, cosechas y caminos. Hace falta pues explorar la solidaridad de los diversos sectores sociales oaxaqueños, como se ha hecho en situaciones de emergencia generadas por sismos, inundaciones u otro tipo de desastres naturales. El mismo gobierno puede echar andar festivales, muestras gastronómicas, presentaciones artísticas, etc., que permitan captar recursos frescos.

Sólo hay que deplorar el pernicioso oportunismo, el indolencia y la estupidez, de grupos como los maestros de la Sección 22 o de sindicatos como los coludidos con el transporte, de los que ya hemos opinado, que en lugar de mostrar un poco de sentido común y solidaridad, sólo buscan su conveniencia y satisfacer sus propósitos delictivos. Lo muestra está a la vista.

Con la emergencia encima, estos descastados cerrando carreteras o realizando marchas, algo que el pueblo oaxaqueño repudia y deplora. En otras entidades, con un magisterio consciente, se hacen colectas, cooperaciones y otros. Aquí sólo buscan su conveniencia, conservar su nicho de confort, sus prebendas y beneficios que califican como “conquistas sindicales”, cuando todo ha sido producto del chantaje y la presión.

Sin embargo, más allá de estos sectores deleznables, es importante explorar con organizaciones de la sociedad civil, con los clubes de servicio y otros, formas sui generis de solidaridad y ayuda para nuestros hermanos, a los que la naturaleza les rompió su ancestral tranquilidad y paz social. La reconstrucción tiene que ser una acción de corresponsabilidad entre gobierno y sociedad civil. Juntos se puede hacer mucho. Esperamos pues que haya respuesta.

El Estado debe explicar

Hace unos días, como es ya del dominio público, el diario estadounidense “The New York Times”, hizo revelaciones preocupantes, al afirmar que el gobierno mexicano habría instrumentado prácticas de espionaje digital contra periodistas y defensores de derechos humanos, con un equipo de manufactura israelí, que sólo se le vende a gobierno en su lucha contra el terrorismo y los grupos criminales.

Si bien es cierto que el gobierno mexicano y hasta el mismo presidente de la República, Enrique Peña Nieto han desmentido la especie, dicha acción ha encendido las luces amarillas en todo el mundo. Esta situación se da paradójicamente, cuando a la Federación le ha pegado de lleno la crítica internacional luego del preocupante asesinato de periodistas, que ha generado indignación a nivel mundial. Es más, poco después de que de manera tal vez un tanto exagerada, el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, con sede en Londres, haya calificado a México como el segundo país más letal luego de Siria. Este argumento lo retomó el presidente norteamericano Donald Trump, para seguir arremetiendo en contra de nuestro país y a favor del aberrante muro que pretende construir en la frontera de ambos países.

En Oaxaca, el Instituto Estatal de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (IAIP), en voz de su presidente, Francisco Javier Álvarez, exigió al gobierno federal dar una explicación y a favor de la rendición de cuentas, realizar una investigación minuciosa que permita descubrir este delicado asunto y castigar a los responsables.

Es indignante para quienes ejercemos este oficio que no solamente no se haya dado un marco legal que garantice el ejercicio pleno de la libertad de expresión, sino que ahora se sabe, el Estado utilice medios opacos y sin dar cuenta de ellos a la opinión pública, para espiar a periodistas y conculcar de esa manera los derechos civiles que, en el fondo, es una especie de censura.

El doble discurso, la falta de claridad en las evasivas respuestas del gobierno federal amenazan poner al país, de nueva cuenta, en una espiral de descrédito a nivel internacional, que no se podrán subsanar con declaraciones tibias y sin sentido. Por lo pronto, cada uno de aquellos que presuntamente estuvieron involucrados (as) en la adquisición del mencionado equipo de espionaje, se lava las manos argumentando no haber tenido participación en la misma.