CENEO/ENSFO: Un nuevo cáncer social
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Editorial

CENEO/ENSFO: Un nuevo cáncer social

 


Si hubo durante el período vacacional de julio e inicios de agosto, un látigo cotidiano para el pueblo oaxaqueño y los visitantes que llegaron a conocer nuestras tradiciones, esos fueron los normalistas afiliados a la Coordinadora Estudiantil Normalista del Estado de Oaxaca (CENEO) y los maestros alumnos de la Escuela Normal Superior Federal de Oaxaca (ENSFO), quienes se presume asisten a clases en el verano y sólo cinco semanas, para prepararse como maestros “especialistas” en determinada materia, la cual habrán de impartir en escuelas de nivel medio superior.

No obstante el corto tiempo de escolaridad, los de la ENSFO se han dedicado al menos cuatro semanas sólo a grillar, montar bloqueos en vialidades y fastidiar a los viajeros que llegaban o salían de la Terminal de Autobuses de Primera Clase. Su odio, su frustración y su estupidez se volcaron por completo contra la sociedad, a quien, hasta los últimos días, han fastidiado hasta el cansancio. Con cinismo y sin razón alguna emplazaron al gobierno estatal a pagar una suma millonaria a “sus asesores”, además del “pago de becas”, a las que obviamente no tienen derecho, habida cuenta de que vienen pagando sus gastos y colegiaturas, con el producto de su salario.

Ante la negativa del Estado de caer en su juego, de inmediato tomaron autobuses para cerrar las principales calles y avenidas de la ciudad, afectando a miles de automovilistas y pasajeros. Los maestros/alumnos de la ENSFO han estado jugando con fuego, ante la apatía de las autoridades. Hay entre la ciudadanía hartazgo y deseos insanos para arremeter en contra de vándalos, encapuchados y torpes mentores. Nadie metería ya las manos para defenderlos en caso de una agresión generalizada de la sociedad. Se han vuelto un nuevo cáncer social. En el imaginario colectivo hay una demanda generalizada: que desaparezca ya el sistema de normales del estado, con mucha más razón una institución que no cumple con sus objetivos, como la ENSFO.

El pueblo oaxaqueño guarda en contra de los miembros de esta institución un sentimiento de repudio, de odio y encono. No es posible que arriben a la capital, supuestamente a capacitarse, pero resulten viles porros, chantajistas y provocadores. Desde hace mucho, la Sección 22 y sus adláteres, la CENEO, la ENSFO y otros, se convirtieron en entes abominable a los que hay que acotar con la fuerza de la ley.

No más afectaciones

En pleno período vacacional de Verano se ha dado asimismo, una situación atípica, que es necesario denunciar y que por fortuna parece haberse suspendido ayer. Resulta que grupos y organizaciones que alientan una supuesta convivencia familiar han paralizado el tránsito vehicular en la Calzada Porfirio Díaz, los días domingos.

Esta situación se dio en al menos tres domingos del mes de julio, es decir, durante la temporada de mayor afluencia turística, de tal suerte que los visitantes del país, el extranjero y aún los oaxaqueños que retornaron a su tierra y tenían deseos de salir a desayunar, comer o simplemente convivir, no sólo tenían que tolerar el cierre de vialidades por parte de normalistas o maestros de lunes a sábado, sino aún el domingo, día de descanso, tampoco podían circular en dicha vialidad.

Se desconoce bajo qué criterios -afirman los vecinos de colonias y agencias del norte de la capital- y qué autoridad ha otorgado la potestad del cierre de esa importante avenida, para eventos de tipo social, en los que no solamente se convive sino que además se hacen negocios, como la renta de patines y bicicletas. En los cierres domingueros se advierte asimismo, la presencia de algunas empresas que afirman patrocinar los citados eventos de convivencia que se han disfrazado a veces, como competencias.

Existen en la capital y en sus alrededores espacios en dónde realizar cualesquier tipo de competencias deportivas: carreras de bicicletas, patines o patinetas, etc. Cerrar la Calzada Porfirio Díaz cada domingo resulta una afrenta a los miles de automóviles y propietarios que circulan por dicha vía; miles de pasajeros, cuyos autobuses urbanos son desviados por enjundiosos agentes de vialidad municipales, que están prestos para orientar la caótica vialidad que se da, justamente, cuando todos esperan que haya algo de paz en nuestra atribulada gobernabilidad.

Muchos nos preguntamos, ¿por qué no aprovechar las pistas del llamado “Polidepotivo Venustiano Carranza”, el Estadio del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO) o el Parque Recreativo “El Tequio”? La protesta silenciosa de los vecinos es que esta situación es intolerable, pues sería diferente si la vida en la capital oaxaqueña fuera otra y no permanentemente acorralada por bloqueos a cruceros, carreteras y demás vialidades. No les hace falta razón a aquellos que asimismo protestan airadamente y exigen que los organizadores sean llamados a cuentas, al igual que las autoridades que autorizan este tipo de actividades.