Dependencias: Retrato de familia
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Editorial

Dependencias: Retrato de familia

 


En la actual administración ocurren las cosas más inverosímiles. Se han dado cuestiones en verdad deleznables, pero tal parece que aquí no pasa nada. Si hay funcionarios que han obrado mal, ahí siguen, pues ni el gobernador Alejandro Murat ni las instancias que se presume deben conminar a los servidores públicos a conducirse con pulcritud y honestidad, se toman la molestia de hacerlo. De esta manera el gabinete va dando tumbos en este experimento gubernamental. Lo anterior viene a cuento pues la semana anterior un grupo de trabajadores sindicalizados que laboran en la Secretaría de Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable (SEMAEDESO), cuyo titular es José Luis Calvo Ziga, denunciaron el nepotismo y el conflicto de intereses que existe en dicha área del poder ejecutivo. Dieron a conocer la lista de mandos medios y superiores que tiene la estructura administrativa, en donde sólo figuran tanto parientes como cercanos familiarmente al titular. Y no hay excepciones. Directores, jefes de Unidad y Departamento, son originarios de San Pedro Pochutla, de donde es quien funge como secretario.

Lo grave es que hay al menos dos jefes de departamento que no cuentan con carrera universitaria, otro concluyó la carrera de Gastronomía y otros más sólo tienen la preparatoria. Ello implica que además del nepotismo, la SEMAEDESO arrastra resabios de incompetencia y nula capacidad. Por lo visto pues, el aludido titular no sólo desconoce tanto lo que dispone la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, como las disposiciones de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, en donde se establecen sanciones a quienes en el ejercicio de un cargo público, tienen en lugares de mando a familiares. Lo anterior es producto de la incompetencia que se percibe en la actual administración, en donde personas que en su vida soñaron siquiera tienen un cargo de primero o segundo nivel, ahora despachan en ellos, sin experiencia previa ni datos curriculares que denoten una trayectoria en el servicio gubernamental. Es una de las causas por las que a dos años y medio de gobierno, no se respira en el mismo la experiencia, la capacidad y la vocación de servicio, sino la inmediatez y la improvisación. ¿Esto cambiará en lo que resta del sexenio? Lo dudamos. Aquí se premia la ineficacia y la torpeza. Ya lo hemos visto en el área de seguridad pública.

Guardia Nacional: Ni sus luces

Hace al menos un mes, el gobernador Alejandro Murat, durante una reunión sostenida en Tuxtepec, con autoridades civiles, militares y funcionarios responsables de la seguridad estatal, declaró a los medios de comunicación, que ésta sería la primera ciudad en la entidad a donde arribaría la Guardia Nacional. Se dijo que dicho compromiso ya estaba platicado con el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Alfonso Durazo y hasta se comentó respecto a la construcción de un cuartel. No obstante lo anterior, es la hora en que dicha corporación no se aparece por ningún lado, mucho menos en la Cuenca del Papaloapan. Hay pues en ello, un tanto de simulación, habida cuenta de que hasta el fin de semana pasado, aún en el Congreso de la Unión se habían agendado temas para discutir y aprobar en su caso, respecto a la ya citada Guardia Nacional. Por otra parte, en Oaxaca estamos esperando a la citada corporación nacional, como si ella fuera a resolvernos los problemas de seguridad que se han exacerbado en los últimos años, motivado en parte, a la ineficacia de quienes tienen a su cargo la delicada tarea de salvaguardar la seguridad de la ciudadanía.

Por lo pronto hay que reconocer que la promesa del arribo de la Guardia Nacional a Tuxtepec, fue sólo una farsa. Sin buscar responsables, la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSPO), debe proceder a rediseñar estrategias o replantearlas, a fin de tomar al toro por los cuernos y dejar de estar asumiendo que otros van a venir a hacerles la chamba. Desde hace mucho se ha advertido el pésimo trabajo del Capitán de Fragata, José Raymundo Tuñón Jáuregui al frente de la SSPO, pero tal parece que la denuncia constante en medios de comunicación y redes sociales, es producto de la grilla aldeana que tanto se privilegia en la entidad y no de una cruda realidad. Cerca de 220 homicidios dolosos en lo que va del año, pareciera verse como algo común y no como producto de la descomposición y nula intervención estatal. Insistimos: para resolver el problema de la inseguridad o al menos para acotar la actividad de las bandas delictivas, sean de la delincuencia organizada o común, lo que el gobierno de Murat Hinojosa debe, es reconocer que el problema existe. Insistir en el ardid de que Oaxaca es una entidad segura, ya no convence ni al mismo gabinete estatal.