Cédula Real de la fundación de Antequera
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Cédula Real de la fundación de Antequera

 


Este es un tema que por su trascendencia debe investigarse a fondo por los estudiosos de la cosas de Oaxaca; la Cédula Real que conocemos de la fundación de la ciudad de Oaxaca, no es real, nunca existió realmente ni la firma el rey, ni trata de la fundación de Oaxaca.
Hasta donde sé, soy el primero en intentar desenredar la historia de Santa María Oaxaca, de la de Antequera y de la de Huaxyacac, que son historias diferentes. No es lo mismo Oaxaca que Antequera o que Huaxyacac.
Para realizar el ensayo y trasmitirlo sin dejarme influir por consideraciones personales, trabajé hasta aclarar las dudas normales que iban surgiendo al ir estudiando el tema, siguiendo un proceso de leer y releer, avanzar y retroceder las veces que fueron necesarias hasta conocer el origen, yendo de lo general a lo particular.
Huaxyacac y Antequera fueron dos pueblos distintos, asentados en diferente época en un mismo lugar.
La Villa de Santa María Oaxaca es la antigua Lula’a de los zapotecos y hasta 1829, el Marquesado del Valle de Oaxaca de Hernán Cortés. Actualmente es, por decreto oficial, el barrio de El Marquesado de la ciudad de Oaxaca.
Los tres fueron parte del Marquesado del Valle de Oaxaca.
Huaxyacac de los mexicas, es Lula’a de los zapotecos. Fue fundada en 1486 por Ahuitzotl y desapareció 42 años después, al ser invadida por los españoles que la poblaron y despoblaron cuatro veces, la última en 1528.
“Duda de todo lo que se te dice” fue una de las primeras enseñanzas de mis maestros; pero al fin mal alumno por comodidad y para no tener que investigar, acepté que la Cédula Real de la fundación de Oaxaca, no fuera de Oaxaca, ni que la Reina firmara, sin firmar en lugar del Rey, que para mantener la unidad del reino y evitar la creación de un estado dentro de otro, reinaba y además gobernaba.
Antequera, Tepeaca o Segura de la Frontera, fue una ciudad española creada en Huaxyacac (1532), mediante una Cédula falsa. Era tan odiada por ser un campo sistemático de exterminio que desapareció, para bien de los oaxaqueños bien nacidos, a partir de la consumación de la Independencia de México.
El Rey era el símbolo de la unidad y permanencia de su reino. La traición era un delito de lesa majestad y se pagaba con la muerte. En 1532, fecha de la Cédula, el Rey era mayor de edad, tenía 32 años y por lo tanto no necesitaba tutores para que reinaran o gobernaran por él.
Analizando la Cédula de la supuesta fundación de Oaxaca que conocemos nos damos cuenta que se trata de la fundación de Antequera y no de Oaxaca, que eran lugares diferentes, como dejé demostrado arriba. Al inicio de la Cédula, los que la hicieron, usan el nombre del rey Don Carlos, pero al final de la misma se lee en el espacio que corresponde a la firma: Yo la Reina, sin especificar el nombre.
Veintiséis años antes de la expedición de la Cédula en comento, en 1506, Juana I de Castilla la Loca, fue presa de la locura y nunca fue tutora del Rey ni siendo este menor de edad.
En todo caso la Cédula se refiere textualmente a la fundación de Antequera, no a la de Santa María Oaxaca. El original de esta Cédula nadie lo vio y no he logrado encontrar ninguna referencia documental que pruebe su existencia y tampoco la razón por la cual, con treinta familias, y según el propio Hernán Cortés, con una Cédula en blanco le dieron apariencia de legalidad a la fundación de Antequera.
El libro que contenía las actas originales de cabildo, de Santa María Oaxaca, desapareció misteriosamente después de que lo tuvo en sus manos el Pbro. José Antonio Gay.
Él cuenta qué, cuando tenía 29 años, durante la intervención francesa, 1862 – 1867, vio el Libro que contenía el Acta de la fundación de la ciudad, se refiere a Santa María Oaxaca, y las primeras actas de su Ayuntamiento que circulaba en las manos de la plebe, pero que no le fue posible adquirirlo (Gay, José Antonio. Historia de Oaxaca. México, Editorial Porrúa, 1982. p.145).
No es posible saber de qué trata un libro si no se tiene en las manos, se abre y se lee.
El libro que contenía las actas originales de Cabildo en dónde se asentó la fundación de Santa María Oaxaca y el original de la primer Carta de Relación de Hernán Cortés, que por cierto no iba dirigida al Rey como correspondía, desaparecieron porque documentalmente probaban la traición al rey de España.
El hecho de que Antequera desapareció oficialmente y Oaxaca resurgió, para orgullo de los oaxaqueños, también prueba que dicha Cédula era falsa.
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