A 25 años del crimen de Colosio
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Opinión

De Frente y de Perfil

A 25 años del crimen de Colosio

 


Oportunidad de reactivar el tema o simple oportunismo, al presentar una serie televisiva sobre el magnicidio ocurrido hace 25 años en Lomas Taurinas, en el que el candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, fue asesinado.

Colosio era el candidato favorito para ganar los comicios de 1994 y suceder en el gobierno a Carlos Salinas de Gortari, aunque la campaña había iniciado bajo malos augurios.

El México de entonces era distinto al de ahora. Un priismo triunfalista que ya había perdido los gobiernos de Baja California y Guanajuato, se veía todavía inalcanzable, con todo y el levantamiento zapatista ocurrido dos meses antes en Chiapas.

Me tocó estar en Lomas Taurinas esa tarde del 23 de marzo de 1994 y además de ello hacer la transmisión de lo sucedido por televisión, para Televisa, aunque yo trabajaba en el Diario Ovaciones, donde se publicaba mi columna política en aquel entonces.

Cuando sucedió el atentado procedíamos a subir al transporte un grupo no mayor de 15 personas que por ese medio fuimos siguiendo las incidencias de los vehículos en que subieron el cuerpo malherido del candidato presidencial priista.

Desde ese sitio iniciamos la transmisión de televisión, Ubaldo Díaz y yo, luego de avisarle a Jacobo Zabludovsky lo ocurrido en ese sitio de Tijuana, ya que Jacobo era al mismo tiempo director de los diarios Ovaciones y Summa.
Era un horario fuera de noticiarios, por lo que dispuso abrir un estudio, desde el que Jorge Berry inició la difusión de lo sucedido esa aciaga tarde del 23 de marzo de 1994.

La noticia impactó en todos los sitios en que fue conocida y se dispuso iniciar la averiguación a fondo, aunque 25 años después, las dudas saltan sobre diversos hechos y quienes vivieron ese momento no han quedado del todo satisfechos con lo ventilado por las autoridades.

El asesino material de Luis Donaldo Colosio, Mario Aburto ni siquiera se encuentra en una prisión de alta seguridad, sino en un reclusorio de Tabasco. Durante la investigación existieron varios fiscales, cuyo trabajo no fue todo lo transparente que se requería y la sociedad emitió su veredicto, acusando sin pruebas al entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari como el responsable del magnicidio.

Otros apuntaron hacia José Córdoba Montoya y no faltaron los que sin sustento alguno levantaran el índice hacia el beneficiado con la muerte del candidato presidencial priista, Ernesto Zedillo Ponce de León, quien ocupó la vacante de abanderado del tricolor.

Muchas culpas y responsabilidades fueron repartidas, sin llegar a nada claro.

La realidad es que fueron acusaciones sin bases, como la investigación, en la que se proyectó un complot en que habrían estado involucrados varios personajes de los cuerpos de seguridad que se implementaron en su visita a Tijuana, dando como resultado la detención de varios de ellos y su exculpación después.

La teoría del asesino solitario fue la que finalmente se hizo más creíble, pero 25 años después las dudas siguen, con todo y que fue desclasificada la investigación sobre el crimen.

Tal vez, ese sea el momento adecuado para ahondar en el tema.

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