EL IMPARCIAL, vocación de servicio
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Editorial

EL IMPARCIAL, vocación de servicio

 


El pasado viernes, en ocasión de la entrega de “El Chimalli de Oro”, al maestro Miguel Herrera López, por una trayectoria periodística de 25 años en las páginas de El Mejor diario de Oaxaca, se ratificó el compromiso de nuestro diario con las causas más sentidas del pueblo oaxaqueño.

En efecto, en estos tiempos de penurias en las cuales muchos le apuestan a las redes sociales, con la euforia de la información efímera y en detrimento de los medios impresos, queda claro que a lo largo de los siglos sólo el impreso prevalece. No se trata de modas ni de esnobismo, sino de una realidad palpable. Desde hace más de tres décadas el escritor italiano Umberto Eco advirtió el fin del periodismo impreso. Lo grave es aún éste no desaparece.

Algunos reconocidos periodistas a nivel mundial, directores de diarios famosos y famosos a nivel mundial, como Jean Daniel, de Liberation, han insistido en lo mismo, pero no han podido con sus pronósticos hacer que el periodismo impreso pueda retroceder. Al contrario, pese a esos pronósticos desalentadores, cada día aparecen más diarios impresos en el país y en la capital de la república, los cuales –vale la pena decirlo- están segregados y discriminados por el boom que han desatado las redes sociales.

Lo que vale la pena recoger de este análisis es que la entrega del premio aludido permitió a la empresa “Publicaciones Fernández Pichardo, S.A. de C.V.”, ratificar su compromiso con la sociedad oaxaqueña, a la que sirve con devoción institucional desde hace 67 años. Se dice fácil, pero no lo es. En ese lapso ha habido momentos de penurias, aunque también de satisfacciones. En ese trayecto de más de seis décadas hemos visto caer verdaderos emporios y monopolios.

Pero EL IMPARCIAL se ha mantenido a flote, gracias al compromiso que hemos pactado con nuestros lectores y al ejercicio de un periodismo profesional, honesto y despojado de ligas políticas. Algunos nos han tildado de oficialistas. Nada más lejos de la realidad. Al contrario, el hecho de ponderar las obras de gobierno nos ha permitido asimismo ser uno de sus peores críticos, sin llegar a la vulgaridad o la campaña perniciosa. He ahí el por qué seguimos como uno de los pilares del periodismo impreso en el interior del país, sin falsas expectativas, sin maquillaje ni caretas.

Cártel 22: Otra vuelta de tuerca
Todo indica que el Cártel 22 estará de nueva cuenta en las calles a partir de hoy. La dirigencia tiene programada una escalada de protestas de tres días. Nada extraño cuando conocemos que dicho gremio ha pervivido al menos durante cuatro décadas en la movilización perpetua.

Ése es su sino, no otro. En efecto, ante la falta de banderas no tienen otra, al igual que su matriz, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que la abrogación de la Reforma Educativa, pero además, el Cártel 22, tiene entre la manga imponer al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, su propuesta de programa educativo: el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO).

Ése es su sueño y anhelo mayor, no obstante que desde hace al menos cinco años, dicho plan fue descalificado por expertos al considerarlo un programa más para politizar e ideologizar que para educar. No obstante, los radicales enquistados en los diversos grupos y organizaciones radicales insisten en meterlo hasta donde sea posible.

Lo grave de todo ello es que el Cártel 22 tiene ahora nuevas banderas para presionar y chantajear al gobierno. Se trata del asesinato de dos maestros, militantes de dicho gremio, el pasado jueves en la Costa oaxaqueña. Uno de ellos director de una escuela secundaria en Huatulco y otro, director también de una primaria en San Andrés Huaxpaltepec, quien fue acribillado por desconocidos en el patio cívico de la escuela.

No han faltado los clásicos azuzadores que insisten en que el crimen de este último se debe a que fue quien encabezó el cierre de la carretera 200, hace poco más de una semana. No hay que olvidar que para el magisterio disidente todo es motivo de victimización. Se pasan la vida buscando víctimas y banderas para enarbolar.

Que nadie los toque, porque de inmediato surgirán defensores oficiosos de derechos humanos que habrán de acreditar una supuesta represión, pero guardan silencio respecto al gravísimo daño que han hecho a la educación pública que imparte el Estado y a los más de millón y medio de educandos que dejan sin clases. Siempre insatisfechos, siempre alargando la mano, hay que entender que se trata de maestros, que con su careta pseudo revolucionaria han hecho pedazos la educación pública oaxaqueña.

No obstante, si alguien les pregunta volverán a la carga con el discurso de siempre: el gobierno neoliberal, la pobreza y la inequidad económica. Jamás dicen que son un sector privilegiado de la clase trabajadora.