Priistas de pena ajena
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De Frente y de Perfil

Priistas de pena ajena

 


No todos los proverbios son acertados, aunque el léxico nacional los aplica, en su mayor parte, siempre con gran acierto.
Aquel que establece que más tiene el rico cuando empobrece que el pobre cuando enriquece es un ejemplo de lo anterior, ya que aplica al PRI, el partido otrora todopoderoso, arrasador en todos los procesos electorales durante más de 70 años y que supo vivir con cierta humildad doce años, para recomponerse y regresar a los sitios de honor, muestra ahora ser un organismo decaído, con pocas posibilidades de repuntar.

El PRI se ve desorientado, carente de rumbo, sin una brújula que le marque una ruta a seguir y lo peor de todo, sin una figura que sobresalga y que pueda encabezar un repunte ante los siguientes comicios.

Su presidenta no reúne siquiera un liderazgo, por pequeño que sea, ni se le advierten tamaños para iniciar esa reorganización. Claudia Ruiz Salinas se muestra renuente a dejar la dirigencia nacional del partido y se mantiene con dos cachuchas puestas, la de dirigente del partido y la senadora.

Pareciera ser que requiere de los dos salarios para sobrevivir en esta caótica economía y que los apellidos que carga serían la llave para convocar a una gran cruzada de afiliación, reorganización y reanudar el rumbo que alguna vez les permitió mantener la presidencia de la República por 70 años y mantenerse imbatibles en los gobiernos estatales hasta hace 30 años.

Una imagen de los senadores priistas en su plenaria denota lo triste y penoso que resulta verlos reunidos, sin el boato de antaño, ya que el pequeño grupo se advierte como una reducida fuerza que ni siquiera puede convertirse en el partido bisagra que logró ser en el Congreso de la Unión en la administración de Felipe Calderón.

La pesadumbre y tristeza se advierte entre quienes antes contaban con una pasarela de secretarios del gabinete y, ocasionalmente, hasta del Presidente de la República.

Los priistas que comanda Miguel Osorio Chong que fueron parte de esa riqueza del pasado participaron como gobernadores, secretarios de Estado, dirigente de su partido y hasta Embajadores.

Nadie desconoce que tienen amplia experiencia legislativa y en cargos de elección popular, ya que Osorio Chong, Eruviel Ávila, Beatriz Paredes. Jorge Carlos Ramírez, Miguel Osorio, Claudia Ruiz, entre otros fueron secretarios en el gabinete de Enrique Peña Nieto, donde también actuó como subsecretaria Vanessa Rubio, mientras que Beatriz Paredes lo fue en el de Carlos Salinas.

Todos ellos con excepción de Rubio han sido diputados y senadores, aunque en el caso de Eruviel fue diputado local dos ocasiones. Nuvia Mayorga, Sylvana Beltrones y Carlos Aceves del Olmo, han sido diputados, antes de Senadores.

Sin embargo con toda esa experiencia legislativa y la trayectoria de cargos de elección popular, los priistas en el Senado no muestran el talante de otras fuerzas políticas, que a base tesón se abrieron paso en el Congreso de la Unión.

En el pasado se decía que el PAN ganaba los debates en el Congreso, pero el PRI ganaba las votaciones al ser el partido mayoritario. El PPS tenía magníficos tribunos como Lombardo, Ortiz Mendoza y hasta Cuauhtémoc Dromundo, pero el PRI se ve carente de todo, especialmente de la estamina necesaria para hacerla detonar en la tribuna.

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